Lectores vueltos lectura
Mi relato favorito del libro, publicado en 1979 por la editorial Joaquín Mortiz, es 'La fe y las montañas'.
El libro que leo no es mío, o para ser más exactos, tuvo otros dueños antes que yo. Así lo constata una pequeña dedicatoria escrita al revés, como para descifrar su mensaje enfrente de un espejo, quien la firma termina diciendo: te extrañé un chorro.
El título de la obra, La oveja negra y demás fábulas, aviva mi curiosidad: ¿por qué escogió este libro para regalarle a la que extraña tanto?, ¿tendrá alguna relación el contenido del libro con lo que intenta decirle?
Otra pista en la dedicatoria nos deja saber un poco más sobre sus primeros dueños: con palabras torpes, él le pide una disculpa por los errores que comete; pero ya con letra más clara y rotunda, le declara que le ama.
El epígrafe que custodia la entrada a los relatos de Augusto Monterroso pareciera no querer contradecir al que pide disculpas cuando asevera:
“Los animales se parecen tanto al hombre que a veces es imposible distinguirlos de éste”.
Quizá ella, como yo, haya reído al leerle, quizá esa fuese la intención de él.
Mi relato favorito del libro, publicado en 1979 por la editorial Joaquín Mortiz, es “La fe y las montañas”, ahí hemos leído, primero él, ella después, yo hace unos días, y ahora tú:
“…cuando la Fe comenzó a propagarse y a la gente le pareció divertida la idea de mover montañas, éstas no hacían sino cambiar de sitio, y cada vez era más difícil encontrarlas en el lugar en que una las había dejado la noche anterior…”
Tratando de unir el texto publicado y la breve dedicatoria, puedo imaginar a él diciéndole a ella: Aún el amor, en cualquiera de sus formas, nunca será perfecto, pero ¿quién ha dicho que tiene que serlo?, al fin y al cabo, es por amor –a uno mismo, a los otros, a la Vida– que se enciende el deseo de ser mejor persona. Ten fe.