Leones, de vuelta

Los aficionados pueden darse el taco de ojo de un remozado parque con butacas nuevas, funcionales y modernas; un césped totalmente renovado y con una vista exterior algo similar a los sitios de Grandes Ligas.

|
Compartir noticia en twitter
Compartir noticia en facebook
Compartir noticia por whatsapp
Compartir noticia por Telegram
Compartir noticia en twitter
Compartir noticia en facebook
Compartir noticia por whatsapp
Compartir noticia por Telegram

Hay motivos para sonreír nuevamente en estas fechas, a pesar del agobiante calor (con su ligera brisa de frescura nocturna) que amenaza con deshidratar al pueblo que vive en Yucatán y engordar los bolsillos de las personas que venden agua potabilizada –sea o no marca patito-, helados, chescos llenos de azúcar y, sin faltar, las exquisitas “chelas” que ahora, más que nunca, se antojan.

Y hablamos del llamado “rey de los deportes”, el béisbol, en cuya Liga Mexicana en temporada de verano participan los Leones de Yucatán que, en 2015, dejaran tan gratos y emocionante juegos y que estuvieran a un par de juegos de alcanzar la final. Ni modo, después de una bravía reacción para alcanzar a los Tigres de Quintana Roo en la serie por el título de la división sur, al final sucumbieron. Aunque, la realidad, en 2014 habían tenido una temporada decepcionante a pesar de grandes contrataciones y el desfile de dos o tres manejadores.

Ahora, en 2016, comienza el tercer ciclo de los hermanos Arellano en su aventura con las fieras de la tierra del Mayab y, por el momento, de tres juegos han ganado dos y perdido uno, precisamente contra los Tigres que se encuentran refugiados desde hace varios años en la “tierra de nadie” (y no es Kanasín, ¿eh?).

De entrada, los aficionados al deporte de las picheadas y los batazos, ponchetes y barridas con todo el producto que se localiza una cuarta debajo del “tuch”, podrán observar una serie de cambios drásticos en todo lo que rodea a la escuadra melenuda. Por ejemplo, en el estadio Kukulcán Alamo. Los aficionados pueden darse el taco de ojo de un remozado parque con butacas nuevas, funcionales y modernas; un césped totalmente renovado que en algunas semanas más estará chulo de bonito con todo su verde esplendor y con una vista exterior algo similar a los sitios de Grandes Ligas.

Hasta hace unos años, con el anterior dueño, al que le valía un cacahuate el béisbol (al menos nunca lo ocultó; fue sincero) y, al parecer, casi todo lo que le dejó su señor padre al fallecer, pocos podían imaginarse movimientos renovadores en un equipo tradicional en este deporte que tiene miles de seguidores pero que, por azares del destino, se había quedado estancado, sin clasificar a la liguilla por cuatro temporadas consecutivas y con jugadores que, con excepción de algunos (Oswaldo Morejón, Luis Borges y Fernando “El Torito” Valenzuela), los demás servían para dos cosas: para nada y para la “chiflada”.

Ahora, las cosas parecen estar mejor que en 2015. Se fueron algunos, se mantuvo la mayoría de la plantilla y, además, retornó el gran capitán, el yuca Morejón, quien podría estar jugando su último calendario a sus 38 años de edad. Pero, la neta: ¿acaso Jaime Pedroza, el pochito, es mejor que nuestro paisano? Con todo respeto para el foráneo, no.

PRIMERA CAIDA.- Vamos a ver de qué está hecho Jesús “Cacao” Valdez, el dominicano que en 2015 vivió en las nubes al ser doble campeón de bateo: en verano y en invierno.

SEGUNDA CAIDA.- Excelente inversión de los carnales Arellano.

TERCERA CAIDA.- Sin pretextos, Leones está para llegar, mínimo, a la final.

Lo más leído

skeleton





skeleton