Lepra, ¿palabra en desuso?

Los primeros informes que se tienen provienen de papiros egipcios de hace cinco mil años.

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Hay palabras que con el paso del tiempo van usándose menos y otras que al ya no tener el impacto social que representaban corren la misma suerte del olvido. Este es el caso de la palabra lepra que en la actualidad sólo significa una enfermedad más que, aunque infectocontagiosa, es curable y erradicable,  gracias a los antibióticos que empezaron a utilizarse a mediados del siglo pasado, después de haber acompañado  y flagelado a la humanidad durante milenios con una enorme carga de sufrimiento y prejuicio.  

El origen de la lepra es tan impreciso como el del hombre mismo. Los primeros informes que se tienen provienen de papiros egipcios de hace cinco mil años. Los hebreos la llamaban tzaraat  así como a otras afecciones cutáneas que eran consideradas impuras; los griegos llamaban lepra a un grupo de enfermedades de la piel y elefantiasis a la que hoy conocemos como lepra, y los árabes denominaban juzam a lo que los griegos llamaban elefantiasis, por lo que al traducirlas al latín hubo algunas confusiones, pero la Biblia ha tenido fuerte influencia en el impacto social y religioso al considerarla  impura y castigo divino, por lo que  al diagnosticarse,  prácticamente el paciente era declarado muerto en vida, perdiendo todos sus derechos, siendo recluido en áreas reservadas para no tener contacto con la población sana por el riesgo del contagio y el aspecto deformante  y mutilante que la enfermedad producía. “Ahora mueres para el mundo, pero renaces para dios”, decía el sacerdote y se quedaba con los bienes del enfermo.                                                                                  

A la lepra se le conoce también como “mal de San Lázaro”, pero no por el hermano de María y Martha de Betania que Cristo resucitó, sino el Lázaro pobre y mendigo que humillaba el rico Epulón y de ahí  deriva lazareto, lazarino, lazario.

Se acepta que la lepra no existía en el nuevo mundo y que fue traída por los conquistadores  y también por la población africana que los cristianos españoles hicieron esclavos en sus colonias y eso explica porqué la enfermedad es más frecuente en mestizos que en la población nativa.

En 1874, G. A. Hansen descubre el microorganismo que produce la lepra y se resuelve la larga controversia de que si la enfermedad era adquirida o heredada; en 1923, Mitsuda explica por qué unos cuantos contraen la enfermedad y la mayoría es inmune; en 1941, termina la era de la incurabilidad con el uso de la sulfona, después de haberse tratado la lepra con todos los recursos disponibles de cada época.

En la actualidad muchos países han logrado erradicarla por la eficacia de los antibióticos y a los esfuerzos de la OMS que ha financiado los programas, persistiendo en las áreas geográficas del mundo donde prevalecen la pobreza y  la marginación, dejando de ser un castigo divino y convirtiéndose en un castigo humano producto de la injusticia social, que esperemos pronto pueda erradicarse  para ya no volver a utilizar más la palabra lepra.

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