Es nueva en Yucatán y está pendiente en Quintana Roo: la ley de voluntad anticipada norma, según la Secretaría de Salud, “el conjunto de preferencias que una persona tiene respecto del cuidado futuro de su salud, de su cuerpo y de su vida, y que decide cuando está en pleno uso de sus facultades mentales, en anticipación a la posibilidad de que en algún momento en el futuro se encuentre incapacitada para expresar esas preferencias y tomar decisiones por sí misma”.

En casos de accidentes, cuando los pacientes están en terapia intensiva, los responsables de las decisiones son los parientes cercanos y tomar acuerdos difíciles puede representar una carga emocional que pudiera lastimarlos en su integridad permanentemente. Inclusive si a una persona con cáncer le quedan 6 meses de vida y con plena conciencia puede decidir no tomar tratamientos y dejar que la muerte llegue naturalmente, este hecho por sí solo representa un sentimiento de angustia para los parientes por la corresponsabilidad; sin embargo, la ley hace la decisión un derecho del paciente, liberando del sentimiento de culpa a quienes le rodean.

Así también, la ley otorga derecho de designar a quien puede decidir el tratamiento en caso de no estar lúcido, algo así como un albacea en caso de no poder decidir el tratamiento por sí solo.

Los médicos siempre tratan de preservar la vida no nada más como como objetivo profesional, sino como ley; sin embargo, los pacientes y personas de más de 65 años deben tomar costumbre de hacer esta decisión al mismo tiempo que el testamento para evitar situaciones no deseadas y pasar años en condiciones de detrimento deplorable manteniendo la vida artificialmente con tubos respiratorios y de alimentación.

No cabe duda que los servicios médicos de Yucatán son famosos, la eficiencia de los doctores y la infraestructura específicamente de Mérida son notables, pero existe este nuevo avance legal para ser mejor tratado o por lo menos acorde con los deseos del paciente en cuanto a su vida y cuerpo en situaciones que lamentablemente alguna vez nos tocará pasar.

Notificar esta ley en hospitales debe de ser costumbre, ya que evitará a la familia decisiones difíciles y se respetará el derecho del paciente a escoger su tratamiento de acuerdo con su voluntad.