Libertad de expresión
La libertad de expresión no es derramar las emociones y visceralidades que en la actualidad predominan en muchos quienes practican de alguna forma...
La libertad de expresión no es derramar las emociones y visceralidades que en la actualidad predominan en muchos quienes practican de alguna forma, el periodismo, en cualquiera de sus vertientes. Hay contrastes abismales. Hay una discontinuidad profética que desde el mismo momento en que se instituyó, abolió toda posibilidad de independencia y libertad para escribir y decir. El entreguismo periodístico hacia la política se ha convertido en un sueño que a muchos ha alcanzado. “Cada informador debe comportar una deontología (deon: Obligación, deber; logía: conocimiento, estudio) periodística para, así, con voluntad ética, asumir su profesión”.
La libertad de expresión no debe volverse un festejo de simple farándula, de deslealtades, hipocresías, chacoteos, charlatanerías, sumisiones, amenazas, comparsas, imposiciones, tropiezos, consensos, chismorreos, descalificaciones, sentencias, burlas, peroratas cantinflescas, bochornos, penurias y protagonismos que delatan debilidades humanas.
A lo largo de nuestra historia independiente la prensa ha sido un espacio excepcionalmente valioso para el cultivo y desarrollo de nuestros ideales y aspiraciones, pero sobre todo del fortalecimiento del pluralismo político.
Hoy la prensa es tan variada como diversificada es la sociedad misma. En todos los géneros periodísticos encontramos las opiniones y posiciones plurales expresadas con plena libertad.
La libertad de prensa en esta época es una lucha por la información libre que a veces se confunde con libertinaje, es decir, el término libertad de prensa, muy usado en estos días en la mayoría de los países, avalado y validado por las autoridades y los organismos internacionales. Se entiende que la prensa debe ser libre para reportar las noticias con imparcialidad.
La libertad de prensa es la existencia en un Estado de la garantía de que los ciudadanos tienen el derecho de organizarse para la edición de medios de comunicación, cuyos contenidos no están controlados.
La libertad de prensa es sólo una frase que describe un derecho innato del ser humano y no se limita a la prensa. Desde el principio de nuestra historia la raza humana se ha comunicado entre sí de una manera u otra haciéndole llegara los oídos de sus conciudadanos las noticias o acontecimientos que fueran de importancia colectiva.
Pero para poder juzgar él término libertad de prensa, hay que también tomar en consideración que algunos medios de comunicación, que incluyen a la prensa escrita, han abusado de su poder manipulando las noticias.
La influencia de los medios en la sociedad es tan o más poderosa que muchos gobiernos se equivocan el querer gobernar con ellos, por no decir todos. Tal ha sido el abuso de este privilegio que se llama «libertad de prensa», por parte de los medios, que ya no se limitan a reportar las noticias, sino que se dan el lujo de manipular los acontecimientos según les parezca conveniente a ellos o sus intereses.