Liderazgo, inequidad y anonimato
En reunión de Los 300 líderes más influyentes de México, Silvano Aureoles, puso el dedo en la llaga de la inequidad de género: en la lista solo figuran 24 mujeres, un "indicativo" de una realidad que impone un desafío para avanzar hacia la igualdad.
Ayer, en la comida de Los 300 líderes más influyentes de México, el presidente de la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados, Silvano Aureoles, puso el dedo en la llaga de la inequidad de género: en la lista solo figuran 24 mujeres (8 por ciento), lo cual “es indicativo de una realidad que nos impone un desafío para avanzar hacia la igualdad…”.
Recordó al invitado especial, Enrique Peña Nieto (quien reconoció a hombres y mujeres que desde el anonimato merecen igual distinción), su reciente encuentro con purépechas que construyen y apoyan los comedores comunitarios, “insignia de la política social de su administración”.
El problema de la inequidad, sin embargo, dista mucho de reflejarse únicamente en los generosos reconocimientos que promueven los hermanos Raúl y Jorge Ferráez, sino que afecta la totalidad de las actividades públicas y privadas (incluidas la académica, la militar y desde luego la eclesiástica).
Tampoco es privativa de México, pero hay que aceptar el reto lanzado por Aureoles y superar (¡en chinga!) el ominoso machismo prevaleciente.