Lo folclórico, lo jodido y Guillermo Padrés
La familia Padrés ha tenido por muchos años un rancho en Sonora. Se llama El Pozo Nuevo de Padrés. Zona árida en donde en los últimos años el gobernador y su familia se construyeron una presa en forma.
Fátima Monterrosa, reportera del programa Punto de partida, que dirige Denise Maerker, dio a conocer el jueves pasado una joya de reportaje que simboliza con precisión el mayor problema del país y sus élites, en este caso su clase política.
Resumo: la familia Padrés ha tenido por muchos años un rancho en Sonora. Lo heredó el gobernador y hoy comparte la propiedad con su hijo y otros familiares. Se llama El Pozo Nuevo de Padrés. Zona árida en donde conseguir agua no es cualquier cosa, en los últimos años el gobernador y su familia se construyeron una presa en forma.
Cómo no. Si no, ¿para qué es uno gobernador? Sí, una presa. Le dijo Padrés a Fátima con cara de preocupación que esa presa está ahí hace mucho tiempo. Pero imágenes satelitales de hace unos años y testimonios de la zona dicen que no. Démosle el beneficio de la duda y digamos que hace años ahí había una pequeña represa, como en muchos otros ranchos de la zona. Pero lo que ahora se construyeron los Padrés es cosa seria. Alta tecnología, una cortina como debe ser, compuertas... Bien, pues. Si no, ¿para qué es uno gobernador? El rancho ahora es un vergel. Bellísimo aquello.
En el reportaje aparecen también los delegados locales de un par de secretarías de Estado —ahora priistas— que ponen cara de extrañados con las preguntas de Fátima. “No, no hay ni un solo permiso para esa presa”. “No, nunca nos avisó”, y lo disfrutan.
También se confirma que los Padrés obtuvieron durante el sexenio pasado varios permisos para utilizar pozos en el rancho.
Permisos, por cierto, que no les dan a los pobladores de la zona, pequeños ganaderos y agricultores cuyos viejos pozos están secos. No los de Padrés. Para algo es uno gobernador, ¿no?
Recupero todo esto porque lo que más importa de la revelación de Fátima y Denise es… que no va a importar. Ante una denuncia puntual, en el Canal de las Estrellas, bien hecha y bien contada, nada pasará. Padrés dejará de ser gobernador y su rancho seguirá siendo una chulada, productivo, verde… Los delegados se reirán entre ellos creyendo que han dado “un golpe mediático” y los agricultores y ganaderos de las cercanías del Nuevo Pozo de Padrés seguirán buscando agua como puedan. Habrá enredos legales, tecnicismos, defensas del flagrante conflicto de interés. Nada pasará.
Y todo se terminará en el anecdotario histórico de nuestros tan folclóricos gobernadores. Eso es lo jodido.