Lo mejor y lo peor durante el 2014 (I)

La Filey nos sigue dando atole con el dedo, pues con tal de no perder el adjetivo de 'internacional' optó por invitar a un país como Ecuador.

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Un breve balance de lo mejor y lo peor en materia cultural en Yucatán durante el 2014. Por razones de espacio me concentraré en los ejes que juzgo más relevantes:

Dirección de Cultura (Ayuntamiento de Mérida)

Lo mejor: que a pesar de no venir oficialmente en la convocatoria para el Mérida Fest, se incluyeran actividades académicas y literarias dentro del programa, dándole un toque incluyente al festival. La creación del Máster en Gestión de Política y Proyectos Culturales y el Diplomado en Gestión y Marketing Cultural, cuyos frutos están por vislumbrarse.

Lo peor: que la cultura siga siendo vislumbrada como un mero espectáculo, como puede constatarse en los apoyos anuales destinados a la programación de eventos durante el año, de los cuales queda fuera cualquier manifestación que no sea escénica u orientada al entretenimiento. 

El Congreso de Gestión Cultural y Economías Creativas, que si bien contó con ponentes de calidad en el programa, deslució en cuanto a la participación local (según escuché tanto de participantes como de asistentes al mismo).

Filey (Uady)

Lo mejor: que el invitado de esta edición haya sido la Universidad de Guadalajara y que se haya homenajeado al escritor Agustín Monsreal, así como la medalla otorgada a una vieja asidua de esta fiesta de la lectura, como Elena Poniatowska.  Que se sigan incluyendo actividades en torno a los moneros, el cómic y la novela gráfica, así como los ciclos de cine comentados y los eventos multidisciplinarios en torno a la literatura.

Lo peor: que nos sigan dando atole con el dedo, pues con tal de no perder el adjetivo de “internacional” se optó por invitar a un país como Ecuador, que, salvo contadas excepciones, no es una nación que se caracterice por su producción literaria, máxime si la Filey incurre en dejar a los invitados en segundo plano, como ocurrió con Francia el año anterior. 

Que la dirección de esta feria siga en manos únicamente de Rafael Morcillo, cuya falta de capacidad ha sido notoria menos para Dájer Abimerhi, rector de la UADY. 

Que a pesar de que sus organizadores viajen a las ferias literarias más importantes del país, la literatura yucateca sea notoria por su ausencia a pesar de dicho intercambio.  

Que no exista un comité de selección y curaduría compuesto por estudiosos, intelectuales y escritores que se aseguren de que no permee una sola visión a la hora de componer el programa de actividades.

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