Lo mejor y lo peor durante el 2014 (II)

Lo peor: Separar de manera por demás arbitraria el Festival Anual de las Artes, haciendo uno para artistas de más de 20 años de trayectoria y otro para jóvenes creadores.

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Un breve balance de lo mejor y lo peor en materia cultural en Yucatán durante el 2014. 

Secretaría de la Cultura y las Artes (Gobierno del Estado)

Lo mejor: que Rolando Zapata Bello haya optado por cambiar de secretario, pues la pésima gestión del Dr. Raúl Vela causó gran inconformidad, mientras que el nombramiento de Roger Metri Duarte fue una decisión recibida con apertura por parte de la comunidad artística. 

Que este cambio haya provocado una reorganización de algunas figuras clave, la salida de varios jefes y el retorno de otros actores, ya que era necesario refrescar una institución que hacía mucho no tenía movimientos internos.

La sensibilidad de Metri, necesaria para encabezar una secretaría que se encarga de ciudadanizar la cultura, para que funcionarios públicos no caigan en el burocratismo de siempre y sí  tengan plena conciencia y actitud de servicio como facilitadores del arte. Lo anterior si bien es lo ideal, a menos de un año de su gestión mucho queda por hacer al respecto, pues las expectativas son altas a pesar de la flexibilidad y el beneficio de la duda que nosotros como sociedad depositamos en los servidores de la cultura.

Lo peor: Separar de manera por demás arbitraria el Festival Anual de las Artes, haciendo uno para artistas que acreditaran más de 20 años de trayectoria y otro para jóvenes creadores, lo cual supuestamente redundaría en un mayor apoyo y difusión para ambos festivales, cuestión que no ocurrió, pues fue evidente que mientras el “festival otoñal” se anunció en marquesinas, camiones y demás, el de los jóvenes no recibió el mismo tratamiento. 

Al margen de ello, creadores  de diversas edades y trayectorias manifestaron su inconformidad en los medios, dado que la nueva y absurda normatividad dejó a varios fuera, ya que eran demasiado jóvenes para acreditar 20 años de trayectoria, pero demasiado experimentados como participar en el de los jóvenes.

La medida, inexplicable por donde se le quiera ver, de continuar durante el 2015 dejaría fuera el talento y calidad de numerosos artistas privilegiando el mero hecho de acreditar cierta cantidad de años, favoreciendo actitudes clientelares, como la de tantos creadores e intérpretes que año tras año se presentan sin modificar sus repertorios o propuestas, confiados en que la fama y el nepotismo que deviene con tantos años de estar en la brega son suficientes para competir en la cada vez más amplia y variada oferta cultural del Estado, tanto institucional como independiente. 

Me pregunto qué pensarían genios precoces como Mozart, Gustavo Dudamel o el yucateco Cecilio Perera ante la imposibilidad de jugar en las “ligas mayores”, pues al parecer el germen creador es como el henequén, necesita muchos años del famoso “cultivo” peninsular…

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