La Plaza de las Américas en Chetumal está en boca de todos desde la tarde de este martes, cuando por falta de precaución al estilo México se desbordaron sus aguas negras en la zona trasera de su área de restaurantes y cines, obligando a la clausura provisional de ese inmueble frecuentado por miles de familias, y que exhibió sus flancos nauseabundos omitidos por todas las autoridades estatales y municipales.

La Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Copefris) clausuró este martes la Plaza por razones justificadísimas, ya que ante todo se debe proteger a la comunidad aunque sean afectados decenas de comerciantes, damnificados por negligencia imperdonable de la gerencia de ese espacio tan exitoso desde hace algunos años.

La invasión de agua pestilente y nociva para la salud deja mal parada a la gerencia de la plaza, en efecto, pero coloca en muy mala posición a una autoridad que estuvo al tanto de una situación que podía crujir en cualquier momento, como finalmente ocurrió, causando contratiempos a decenas de clientes y curiosos que fueron desalojados.

En lo sucesivo no debe haber mano blandengue cuando se trate de una Plaza que ha dado demasiados dolores de cabeza, por sus nulos sistemas de protección civil y por contar con un estacionamiento que es centro de operaciones de delincuentes que pueden robar autos y saquear computadoras personales, cámaras fotográficas y demás pertenencias con una mano en la cintura.

Nunca más esta plaza debe ser un territorio inaccesible para las autoridades que al menos ahora reaccionaron certeramente para evitar males mayores. La maloliente lección debe ser aprendida.             

Lavando pecados en el magisterio

El profesor Carlos Caballero tiene su mala fama ganada a pulso, al ser señalado como el vendedor más grande del mundo si hablamos de plazas del magisterio. Sus compañeros lo señalan como un experto en estas malas artes que en apariencia ya son parte de la historia sindical.

Pues bien, el profesor Caballero forma parte del Comité de Lucha que negocia en la Secretaría de Gobierno en defensa de las conquistas magisteriales puestas en jaque mate  por las leyes secundarias de la reforma educativa.

El profesor de Bacalar ha lavado sus culpas, dicen con satisfacción los profesores que permanecen frente a Palacio de Gobierno, y que este miércoles marcharon en plan grande como si se tratase de un desfile del primero de mayo, por lo numeroso.

Pero el ex líder magisterial Emilio Jiménez Ancona prefirió volar como todo un pájaro de Holbox, desperdiciando la oportunidad de cerrar filas con sus compañeros que no se cansan de tomar nota, guardando la factura bajo el brazo.