Lo que falta, lo que falta son habilidades
Las universidades siguen escupiendo profesionales que no van de la mano con los rubros que están creciendo.
Según el último estudio a escala mundial de la agencia de reclutamiento Hays, México es una de las 18 economías grandes donde es más difícil cubrir vacantes laborales, “porque el mercado no ofrece los profesionales con las capacidades y las habilidades que se demandan”, reza el informe.
“Esto se debe a una mala planeación o comunicación entre los diferentes actores: gobierno, instituciones educativas y empresas”, resume Gerardo Kanahuati, director general de Hays México.
Las universidades siguen escupiendo profesionales que no van de la mano con los rubros que están creciendo, las inversiones que se están instalando ni las apuestas de modelo de país que se impulsa. A pesar del boom automotriz, no es fácil cubrir vacantes en este rubro, lo mismo en energía, otro sector que posreforma energética estará en el candelero.
Hoy los reclutadores tienen en sus bases un exceso de administradores, contadores, abogados, comunicadores y una ausencia de ingenieros, sobre todo químicos, industriales y mecánicos. “Es una paradoja absurda estar en un país con escasez de talento a pesar de que hay oportunidades de empleo”, agrega Kanahuati. ¿Cuáles son esas habilidades que buscan las empresas y que no consiguen en México? Además de las de cajón como idiomas, hay que tener la capacidad de moverse de manera horizontal (ingenieros que puedan hacer un presupuesto financiero o búsqueda de personal); en otras palabras ejecutivos completos o integrales que no solo sean buenos en su especialidad, sino que se desenvuelvan en otras áreas. “Ahora estamos cubriendo vacantes importando gente de la eurozona, aprovechando la crisis por la que están pasando”, explica. Según este directivo en los últimos 18 meses les ha llevado 80% más de tiempo ubicar a los perfiles justos para un empleo.
¿Qué recomiendan los cazatalentos para que los que hoy estudian mañana tengan chamba? Estar actualizado y comenzar a trabajar mientras cursan su carrera para ir salvando la brecha entre academia y realidad.
Aquí es donde está una de las áreas de oportunidad: que las universidades tengan currículos flexibles para que un estudiante pueda trabajar y estudiar. Con eso —y mientras los gobiernos decidan cuánto invierten en educación— podemos ir cubriendo de salida los baches del desempleo universitario.
Twitter: @ba_anderson