Cada mes, desde marzo pasado, llega al país un barco con 3 mil millones de pies cúbicos de gas para “alimentar” la sed de energía en el país.

Cada uno esos barcos que descargan en Altamira o Manzanillo cuestan unos 50 millones de dólares (mdd). 
“Esta es una solución a mediano plazo, una ayuda que se pactó con el gobierno federal y la Secretaría de Energía para revertir las pérdidas millonarias que viven las industrias a causa de las alertas críticas”, me explicaba ayer Francisco Funtanet, presidente de la Confederación de Cámaras Industriales (la Concamin). 

¿Qué son las alertas críticas? Son desequilibrios en la red de energía que bajan la presión y hasta la proveeduría de gas en diferentes zonas del país. “Cada una de estas alertas hacen perder unos 150 mdd por día a las industrias”, agrega Funtanet. Es por eso que, mientras se espera el avance de la obra del gasoducto de Los Ramones, que traería el gas barato desde Texas a México, esta es una manera de tapar el faltante sin dejar de operar. 

Tal es la necesidad de gas que algunas fuentes del sector recuerdan una compra de pánico de un barco a mitad del mar y que iba a otro país, con el que se pactó, urgente, un precio incluso más alto con tal de que atracara y bajara gas en Manzanillo. 

El gas no es barato: se consigue en los mercados de Perú, Qatar o Argelia a un promedio de 15 a 17 dólares por millón de BTU (la medida que se usa para el gas licuado), mientras que en Texas este volumen cotiza en unos cuatro dólares. 

“Los barcos servirán para proveer de gas hasta agosto de 2014, cuando se espera que esté lista la primera parte del gasoducto en el norte”, agrega el presidente de la Concamin. 

Una de las particularidades de la compra de estos 33 barcos es que se paga en partes proporcionales al consumo. Los dos mayores consumidores/compradores son Pemex (que necesita el gas para explotación petrolera) y la CFE (que lo usa para sus usinas). Solo 18% de estos cargamentos se entrega/vende al sector industrial. “60% de la industria mexicana funciona con gas”, agrega Funtanet. 

Pero los barcos gaseros son un parche a las necesidades reales del mercado. “Solo con el gas a los precios que tiene Estados Unidos podemos aumentar la producción industrial y atraer más inversión”, agrega desde la Concamin.