Los colores en el español yucateco

El simbolismo del color ayuda a identificar estados de ánimo, deseos personales, temperaturas, estados patológicos y enfermedades, entre otros.

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En las culturas del mundo los colores tienen asociaciones simbólicas diversas. Por ejemplo, en la maya, los puntos cardinales tienen las siguientes: el rojo (chak) representa el oriente, salida del sol; el negro (boox), el poniente; el blanco (sak), el norte; y el amarillo (k’an), el sur. El ya’ax, verde; y ch’ooj, azul también tienen diferentes significados.

Los colores, generalmente vivos, forman parte esencial de fiestas y ceremonias en la vida cotidiana de mayas y yucatecos. El simbolismo del color ayuda a identificar estados de ánimo, deseos personales, temperaturas, estados patológicos y enfermedades, entre otros. 

Los colores pueden ser nombrados de distintos modos. El yucateco prefiere decir morado, en lugar de violeta; atabacado o tabaco, en vez de café; anaranjado, por color naranja; rosado, por rosa. Si el rosa es chillón intenso, tirando a rojo, se usa el hibridismo maya-español chak-rosado, conocido en el centro del país como rosa mexicano: “Un pantalón chak-rosado”. 

A veces se recurre a nombres de animales o plantas para describir el color. El azul-pavo se usa para referirse al azul oscuro, más fuerte que el marino. El verde-sakuchero es el color verde escarlata como el del coleóptero Cetonia aurata; el amarillo-k’aniste’ es el color amarillento-anaranjado como la sapotácea Pouteria campechiana. Se dice huayita al color salmón, propio de la carne del fruto Talisia olivaeformis, guaya o huaya: “Compré una blusa color huayita”.

Se hibridiza anteponiendo el adjetivo (color) al nombre: box-queso (queso negro), tal como en maya chak-chi’, box-k’óol, sak-ooch. O se dice boxito, boxita, con el sufijo español –ito/a, negrito, negrita. En el centro del país, boxito es sinónimo de yucateco: “Por su cabeza se ve que es un boxito”.

También ha influido el inglés, como en beige, que se pronuncia besh. Se usa cuando se trata del color de telas, paredes y otros objetos, para indicar el castaño o el color natural de la lana. Se dice beshito, cuando el color es marrón claro, pajizo: “Una tela beshita”. 

El yucateco suele enfatizar el color recurriendo a la duplicación del color, quizá por influencia maya: ¡Quedó rojo-rojo! en vez de muy rojo o rojísimo; ¡Están blancos-blancos sus dientes! en lugar de blanquísimos, ¡Está azul-azul el cielo!

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