Los consumidores sí quieren monopolios

A estas empresas en México se les ve como abusivas, y muchas personas tienen la idea de que son culpables de la inequitativa distribución del ingreso.

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No recuerdo en la literatura económica una vasta discusión en relación a la organización industrial cuando, en libre competencia y con barreras de entrada bajas o incluso nulas, son los consumidores los que quieren que prevalezca un monopolio, porque así lo eligen y porque así maximizan su función de utilidad. El caso de ayer de Google Maps regresando a funcionar a los teléfonos iPhone de Apple bien puede ilustrar este fenómeno.

Usualmente los monopolios son concebidos como monstruosas corporaciones que, aprovechando la legislación y las altas barreras de entrada o diseñando estrategias predatorias de precio, impiden el éxito de algún competidor que quiere ingresar a obtener un pedazo de las ganancias de un mercado. A estas empresas en México se les ve como abusivas, y muchas personas tienen la idea de que son culpables de la inequitativa distribución del ingreso y de muchos otros males.

Pero cuando no hay barreras de entrada, como en internet, ¿cómo explican estas posturas las posiciones dominantes? Recuerdo el buscador de internet llamado “Altavista”. ¿Alguien lo ha vuelto a usar? No era malo, pero ya nadie lo usa para buscar algo. Otro ejemplo: Yahoo! reinaba en buscadores, y Google llegó a arrebatarle la posición de privilegio solo porque la gente lo prefirió. Un fenómeno similar ocurrió en años pasados con la portabilidad numérica. El número de personas que abandonaron Telcel, por ejemplo, fue ínfimo.

El regreso de Google Maps a los teléfonos de Apple probará este fenómeno: el consumidor muchas veces quiere a uno o dos jugadores dominantes, sin importarle si hay otras empresas que también desean participar en este mercado. El consumidor quiere su “monopolio”. Lo quiere porque lo quiere. Punto. De hecho, los propios teléfonos inteligentes como el iPhone o el Samsung Galaxy S III prueban que el consumidor manda y prefiere una o dos compañías en ciertos productos. No miles.

¿Ejerce Tetrapak un poder monopólico porque la mayoría de la gente prefiere sus jugos envasados ahí? No. ¿Representan HP y Epson un duopolio en impresoras domésticas porque las venden por miles? Tampoco. El consumidor las prefiere.

Repito. El consumidor quiere monopolios. Ahí las pruebas.

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