Los descamisados de Azcárraga y el 'rating' de la gran final

Por eso es tan chocante la “condena” del círculo rojo a las fotos de Emilio Azcárraga.

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Desde niño he ido al estadio, a mundiales, juegos de la Champions, canchas sudamericanas, 20 o 30 liguillas mexicanas, y no recuerdo algo como el Azteca del domingo. Tanta gente gritando y cantando y sintiendo en paz tanto tiempo. En las zonas de lujo y las populares, el Azteca fue una gloria.

Un veterano político, crítico de Televisa, conmovido por el ambiente en la grada, me dijo al medio tiempo: “Qué pena por Emilio, no se merece esta derrota”.

Hablaba honestamente de futbol. No merecía perder el dueño de un equipo que juega con la garra y disciplina con que jugó el América. Y que tiene esos aficionados, futbolistas, director técnico, director deportivo.

Por eso es tan chocante la “condena” del círculo rojo a las fotos de Emilio Azcárraga celebrando el triunfo sin camisa, como un hincha que ama a su equipo.

Dudo que entre los críticos haya muchos que vivieron in situ el Azteca de la final. El futbol es un juego donde se sufre y goza en serio. Quien no entienda eso, no entiende nada.

Vi a empresarios que lloraban, al mejor promotor de programas sociales de México como un loco con su camiseta de socio Águila. A Xóchitl Gálvez devastada. A Emilio Ázcarrága como el niño en que nos convertimos en un partido que nos marca.

Por cierto, al júbilo del campeonato de sus Águilas, Azcárraga habrá agregado los 33 puntos de rating del Ámerica-Cruz Azul. Es decir, muchos millones de televidentes que, con toda seguridad, se quitaron también la camiseta para sufrir y gozar en serio un juego inolvidable.

Gracias a todos por la noche del domingo.

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