Los exiliados

Hablar de identidad es interesante en estos tiempos. Enloquecemos de orgullo y reclamamos la nacionalidad “mexicana” de Lupita Nyong’o.

|
Compartir noticia en twitter
Compartir noticia en facebook
Compartir noticia por whatsapp
Compartir noticia por Telegram
Compartir noticia en twitter
Compartir noticia en facebook
Compartir noticia por whatsapp
Compartir noticia por Telegram

Platicaba con unos amigos las coincidencias que vive un artista cuando sale de su estado. Parece que no es de aquí ni es de allá. Los apoyos institucionales están condicionados a vivir en el estado, una política que merece pensarse. 

Dejas tu estado para prepararte, aprender, medirte con tus iguales y equilibrar un poco la centralización. Abandonas casa, familia y muchas comodidades que brinda tu lugar de nacimiento. ¿No debería el estado apoyar las posibilidades de crecimiento de un artista? ¿No dan visibilidad al estado si ganan apoyos y reconocimientos más allá de los que puedan lograr en provincia? Hay incluso posturas tontas que dicen que si ya no vives en el estado no puedes opinar: Tú te callas porque ya no eres yucateca. 

¿Quién decide eso y por qué? ¿Cuándo un artista pierde su identidad? ¿Dejo de ser yucateca aun cuando mis obras hablan de mi cultura y sus paisajes? ¿El éxito es imperdonable y con él viene el exilio?

Hablar de identidad es interesante en estos tiempos. Enloquecemos de orgullo y reclamamos la nacionalidad “mexicana” de Lupita Nyong’o, la keniana ganadora del Oscar, pero rechazamos a los artistas que gracias a su trabajo y deseo de crecer salen del estado. 

¿Sólo un Oscar nos devolverá lo yucatecos? Octavio Paz y Diego Rivera vivieron fuera de México largas temporadas  y no por ello dejaron de ser mexicanos. Por supuesto, hay una proporción enorme entre mis amigos, yo y Octavio Paz. Pero la coincidencia ante el distanciamiento con nuestro trabajo, que ocupa lugares importantes afuera, nos hace preguntarnos qué pasa en nuestro lugar de origen. Por eso escribo, no porque quiera llevar agua a mi molino, tengo la fortuna de tener grandes amigos que me acompañan en mis viajes dentro y fuera de Mérida, gracias a su apoyo hago teatro en México y el mundo. 

El verdadero reto es hacer teatro en provincia. Es momento de repensar las políticas culturales, informarse en serio, dejar de especular y saber con certeza qué está pasando con los artistas. Michoacán, Chihuahua, Veracruz y Yucatán están haciendo mucho por el teatro mexicano. ¿Cuánto y cómo? Les sorprendería. A pesar de lo poco acertado de algunos comentarios hacia mi trabajo, siempre seré yucateca, mi teatro está atravesado por mi identidad y en ello está su valor. 

Se necesitarán más que panfletos y mentiras para que los lugares ganados por mí y muchos otros pierdan el sabor de la tierra que nos vio nacer.

Lo más leído

skeleton





skeleton