Los informes municipales

El más comentado, sin duda, será el de Mérida, que ha merecido una alta calificación aprobatoria de los ciudadanos.

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Han rendido sus informes anuales los ayuntamientos yucatecos. El más comentado, sin duda, será el de Mérida, que ha merecido una alta calificación aprobatoria de los ciudadanos en cuanto a su desempeño. Eso sin menoscabo de que algunas materias quedan pendientes.

En el interior del Estado hay de todo. Desde aquellos ayuntamientos que han dejado en condiciones deplorables sus municipios –Kanasín, Tizimín, Tekax, etc.– hasta otros que construyen mejores condiciones de vida para sus pobladores.

De estos últimos he tenido la fortuna de asistir a los informes de Buctzotz, Chemax, Yaxcabá y Uayma. En estos municipios se percibe un trabajo fructífero que se traduce en pavimentación; introducción de agua potable y energía eléctrica; atención a la salud, a la educación y al deporte, etc. Ello a pesar de la adversidad –que es común a todos los municipios– en cuanto a recibir exiguas participaciones federales y estatales. Tanto el gobierno estatal como el federal siguen quedándose con la mayor parte de nuestros impuestos en detrimento de los municipios. 

Llaman la atención dos mujeres: Melba Gamboa Avila y Neyvi Chí Castro –alcaldesas de Yaxcabá y Uayma, respectivamente–, que encabezan administraciones de una pulcritud y eficiencia tales que –proporciones guardadas– ya se quisieran para instituciones como el Isstey. Ello, sin tener las maestrías que presumen algunos funcionarios estatales.  A sus pocos ingresos, anteponen eficiencia en el gasto para generar obras públicas sin endeudar a sus municipios.  

Los legisladores locales –ahora que vienen los presupuestos– deberían incrementar los recursos municipales y mejorar su fiscalización. No con la argucia de restarle participaciones a Mérida, sino incrementando la cantidad de recursos a repartir que bien podrían restárseles a dependencias estatales caracterizadas por el despilfarro.

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