Los Oscar: lado B
Si bien los filmes en las principales categorías no necesitan presentación, son los menos populares los que aprovechan la atención.
En esta ocasión, quisiera referirme al otro lado de los Oscar, al lado B de esta ceremonia de premiaciones donde unos brillan mucho y otros brillan menos o son ninguneados. Para algunos la ceremonia de los Oscar carece de importancia; para otros, el prestigio que le otorgan es excesivo e inmerecido. Zanjemos la disputa: es un espectáculo mediático cuyas directrices y valores cinematográficos están sesgados por un gringocentrismo exacerbado. Sin embargo, son el mayor escaparate mundial cuando se trata de reconocer o promover una película.
Si bien los filmes en las principales categorías no necesitan presentación, son los menos populares los que aprovechan la atención al figurar ante millones de ojos que, aunque sea de refilón, se enteran de que existe otro cine. Esto, gracias a categorías “de segunda”, como las que incluyen películas extranjeras, documentales, cortometrajes, animación, etc.
Ahí residen joyas que, para el ojo avizor, vale la pena buscar y, si es posible, ver. Especialmente si usted no sigue los festivales internacionales, las muestras de cine o las premiaciones de la prensa extranjera o de filmes independientes, no hay manera más efectiva que los Oscar para enterarse del cine que se realiza en otras latitudes y en otros formatos, aunque la producción mundial se vea reducida a 5 o 6 nominados por categoría, cuando debería ser al revés, pues aunque el 7o arte se realiza masivamente en Norteamérica, a la hora de aquilatar calidad artística queda, si acaso, a la par de otros países.
En película animada, aunque no ganó, vale la pena El cuento de la princesa Kaguya, un hermoso trabajo de animación tradicional por parte de los Studios Ghibli (Japón). En documentales, CitizenFour, sobre el caso de Edward Snowden y donde Julian Assange participa. El ganador, Virunga, narra las penurias de los guardabosques de un parque nacional para proteger a los últimos gorilas del Congo (disponible en Netflix).
En mejor filme extranjero todas las nominadas son imperdibles. Destaca Ida (Polonia), cuya bella fotografía en blanco y negro sirve de marco para una historia dramática sobre la identidad familiar y religiosa. También Leviatán, cuyos paisajes contemplativos sirven de escenario para ubicar la historia de un Job posmoderno que vive en la Rusia de Putin. Relatos Salvajes (Argentina), Mandarinas (Estonia) y Timbuktú (Mauritania) tampoco desmerecen.
El espacio es corto para hablar de tanto cine, pero les recomiendo la siguiente metodología: busque las categorías del lado B de los Oscar, vea todas las nominadas, especialmente si no ganaron y si no son gringas. No se arrepentirá.