A Pedro Joaquín Coldwell no se le puede acusar de ser una personita con imaginación. Lo suyo, desde sus tiempos como gobernador, presidente del PRI y ahora en su calidad de secretario de Energía, es la grisura fina del Godínez con altura de escalafón con retórica de memorándum. Por eso, al ser cuestionado sobre el escándalo del momento, el de Oceanografía, luego de deslindarse primero y luego averiguar, de inmediato negó que el gobierno federal pudiera acudir al rescate, mucho menos nacionalización de esta empresa que es nuestro Lehman Brothers emergente. Así, de pronto te sentías transportado a los tiempos del calderonato cuando ese héroe de proletariado, Javier Lozano, negaba cualquier posibilidad siquiera de apoyar a Mexicana de Aviación mientras era saqueada por Gastón Azcárraga sin que el Inspector Poiré que no Poirot lo diera por muerto.

Por ejemplo, ahora ya dan por muerto a Marchelo Ebrard por la conversión de la Línea 12 del Metro en el nuevo sistema Cutzamala. Por eso ya comenzó a decir que él se siente tranquilo mientras viene sembrando junto con ICA y Carso las sospechas sobre las autoridades que lo sucedieron, alegando falta de mantenimiento y sentido común. Bueno, como Tláhuac es el Waterloo de Ebrard y con tal de que no haya más linchamientos es capaz de llevar cargando a la gente hasta el Cerro de la Estrella.

Como sea, es comprensible que los priistas-peñistas no quieran cargar con los walking dead del calderonismo, más sin embargo antes de no mover un dedo y dejar que se pudra tan ejemplar compañía, tendrían que pensarlo muy bien. En principio porque un escándalo sin priistas es como un compló sin el subjefe Diego; pero también porque se les olvidó impedir que Pemex siguiera teniendo a Amado Yáñez en calidad de proveedor. Pequeño detalle que, aunado al descubrimiento de la comisión investigadora de la Cámara de Diputados que la campaña priista por la Presidencia costó más de 12 veces de lo permitido por el IFE, podrían generarle al probo y ecuménico poder tricolor su Hell & Heaven, que gracias al open mind de Eruviel Ávila, ya fue cancelado.

Los más ingenuos creen que la intención de los panistas al exigir una investigación profunda a la onda oceanográfica, obedece solo a su odio contra Calderón y sus efebos. No, además de eso quieren ganar rating señalando al priismo por mantener los bisnes de Mouriño, los Bribiesca, Fox y Jelipillo. Eso es imposible, los walking dead no usan Monex.

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