Tuve la oportunidad de conocer la bella isla de Cozumel con un mar tan mágico que me recuerda  lo pequeños que somos, sobre todo al observar desde sus profundidades el gran tráfico de especies marinas que estamos a punto de desaparecer con la contaminación, pero no es todo lo que hallé en este piélago, sino también a un joven de 21  años llamado Jorge Uicab, que con una gran sonrisa nos llevó a dar una vuelta por los arrecifes a bordo de un catamarán.

El recorrido sobrellevó la deliciosa calma del océano y la agradable brisa, pues, entre risa y risa, foto y foto, Jorge nos platicó un poco de su vida, un ejemplo de que siempre hay formas de salir adelante y que con buena cara se pueden afrontar los problemas de la vida y, con ello, vencer el conformismo que a muchos jóvenes aqueja. 

Nuestro nuevo amigo, que trabaja en un resort de la isla, recordó, con voz entrecortada, la necesidad que vio desde pequeño de apoyar en la economía de su casa, debido a que sus hermanos 'se colgaban' de sus padres; construyó un cuarto en la casa paterna, el cual rentó y con ese dinero inició su nueva vida, casado y muy apegado al gran amor de su vida: el mar.

Actualmente continúa sus estudios, desea ser instructor de buceo y crear una empresa que se dedique a ello y poder viajar por el mundo, algo que no es lejano, pues gracias a su esfuerzo y carisma ha captado la atención de muchos turistas e incluso de sus jefes, quienes le comentan que la cadena hotelera puede ofrecerle traspasos a otro país. Gracias Jorge por demostrarnos, que el conformismo se puede vencer, que simplemente se necesita soñar y poner mucho esfuerzo.