Madero y Calderón
El juicio de Cordero sobre Calderón es de lealtad ejemplar, rayando en sumisión.
Queda claro el error en la operación de Gustavo Madero para reemplazar a Cordero de la coordinación de los senadores del PAN. Un golpe no se anuncia, se prepara y ejecuta. Anticiparlo permitió al ex presidente Calderón coordinar la resistencia y ganar el favor de la mayoría de los senadores panistas, muchos de ellos sus deudores del cargo. En el afán de mantener su cuota de poder, el ex presidente no ha dudado llevar al PAN a un cisma, semejante al que ocurrió con el foro doctrinario cuando el PAN concertó con el presidente Salinas los cambios que dieron lugar al IFE y a muchas de las transformaciones de México en ese tiempo.
El juicio de Cordero sobre Calderón es de lealtad ejemplar, rayando en sumisión. Muchas de las dificultades del gobierno calderonista se debieron a la falta de colaboración de la oposición, pero hubo elementales pecados como fue la entrega de la SEP y otras dependencias federales a la líder moral del magisterio, haber sometido al Estado a los poderes fácticos y una corrupción desbordada, incluso en su propia oficina. La estrategia contra la inseguridad fue un error grave; además, queda claro el fiasco que fue la procuración de justicia o la imagen del país asociado a la corrupción, crimen y violencia.
Cordero no fue candidato, porque ni los mismos panistas estuvieron dispuestos a buscar votos con el argumento de lo que se hizo en el gobierno. El calderonismo llevó la campaña federal a la confrontación con Peña Nieto y así estuvieron a punto de obsequiarle el triunfo a López Obrador. El rechazo de los electores fue a Calderón no a Josefina, como constata lo que padecieron los candidatos a gobierno local en el DF, Estado de México, Jalisco y Morelos. Las clases medias e ilustradas se fueron con López Obrador.
Madero quiere enmendar. Tiene a su favor al Pacto por México y haber llevado al gobierno del PRI a términos de entendimiento inesperados por la oposición y al rescate del Estado frente a los poderes fácticos. Madero sabe que su batalla es contra Calderón. Una mala operación puede complicarle las cosas a pesar de lo irrefutable de la causa.
Twitter: @berrueto