Las madres de Soacha
Vivimos tiempos espantosos, en los que las mujeres somos asesinadas en formas violentas y horrorosas...
La historia de las madres de Soacha es un capítulo tremendo en la vida de Colombia. Alvaro Uribe, ex mandatario, impulsó la iniciativa 29 que establecía “el pago de recompensas por la captura o abatimiento en combate de cabecillas de las organizaciones armadas al margen de la ley”. Los militares se fueron a los barrios pobres del país –como Soacha– para ganarse la confianza de adolescentes y jóvenes a través de ofertas de trabajo. Una vez lejos de sus familias, los soldados ejecutaron a estos adolescentes y los presentaron como cabecillas guerrilleros para cobrar las recompensas.
“Llegaban a nuestros barrios para ganarse la confianza de nuestros muchachitos. Casi todas las víctimas han sido hijos de madres solteras, habitantes de las zonas más marginales de la ciudad”, dice María Sanabria.
Sobresalen historias de jóvenes con capacidades diferentes, señalados como líderes guerrilleros y asesinados para cobrar recompensa: “Yo lo cuidaba cada día, él no podía valerse por sí mismo. Es imposible que se haya hecho guerrillero en 4 días”.
Verlas en el teatro compartiendo los recuerdos de sus hijos a partir de objetos personales es una catarsis tremenda. Estas mujeres que no son actrices, pero que usan el teatro para denunciar la desaparición y muerte de sus hijos, son toda una lección de valentía y amor. Si bien el producto teatral tiene ciertas deficiencias -más cuestionables al director-, ellas hacen todo lo que pueden, dan todo lo que tienen y están cien por ciento entregando el alma. Fue un sentir general que el formato que el director eligió para contar las historias no es del todo eficiente ni sacude al espectador de la misma manera que lo hace conversar con ellas en los pasillos. Con todo, las madres de Soacha hacen teatro porque les ayuda a mantener vivo el recuerdo de sus hijos. Han recibido amenazas pero no temen; el dolor de perder a un hijo es más grande que el temor a perder la vida. Sirva el testimonio de estas mujeres como ejemplo de lucha y como espejo de tantas mujeres que han perdido a sus hijos en manos despiadadas.
Vivimos tiempos espantosos, en los que las mujeres somos asesinadas en formas violentas y horrorosas, por eso las madres de Soacha son símbolo de valentía e indestructibilidad; quienes las menospreciaron, hoy callan ante el reconocimiento internacional que les vale premios por el mundo.