Además de ubicar a Yucatán en el cuarto lugar nacional, muy alentador y reconfortante fue el resultado que los maestros yucatecos obtuvieron en su evaluación docente de acuerdo con la Ley General del Servicio Profesional Docente, ya que un 95% de los que cumplieron con las diferentes etapas de la evaluación obtuvieron calificaciones muy por encima de la media nacional. Ahora sólo falta que la Secretaría de Educación Pública cumpla su palabra de incrementar sus sueldos en un 35%, retroactivo al 16 de febrero pasado.

La dedicación y el compromiso de los maestros locales fueron palpables de nuevo, al obtener porcentajes de 14.2 en el rubro de destacados, contra el 8 de la media nacional; igualmente quedó un 51.3 por ciento entre los buenos, es decir la mitad de los que presentaron salieron como buenos y adicionalmente otro 30.3 por ciento se coló entre los suficientes; esto habla de la gran calidad de la educación que se imparte en el Estado. En contraste, sólo el 4.3 salió como insuficiente y, a estudiar se ha dicho, pues, a partir de esta semana, ya estará lista la estrategia de formación continua y desarrollo profesional para los maestros de educación básica y media superior que no la brincaron.

La alegría y la satisfacción de quienes se enfrentaron solos a esta primera experiencia han inyectado entusiasmo en el ánimo de sus compañeros; la desconfianza y el temor que inicialmente inspiraba la evaluación docente entre los maestros desaparecieron súbitamente. Hoy todos le quieren entrar, pues quieren mejorar sus ingresos y es a través de la prueba una forma de lograrlo.

Pasando al caldero político-sindical, hoy se inician formalmente las asambleas delegacionales para elegir a los primeros delegados al congreso extraordinario de la sección 57; a diferencia de antaño, hoy no habrá tanto revuelo en las reuniones, los maestros en general muestran indiferencia por la elección de sus líderes, ya que cuando se les necesitó nunca acudieron en su apoyo. Los que andan enfrascados en una batalla de pronóstico reservado son los del grupo del secretario general con licencia, Marbellino Burgos, que, ante la deserción de algunos “camaradas” que lo apoyaron inicialmente, se reforzó con gente del grupo de Paulino Canul y espera hacer frente a un reforzado equipo encabezado por Luis María Aguilar que durante mucho tiempo fungió como su “delfín” oficial. Al final será “pan con lo mismo”.