Malcolm X y Martin Luther King

Más allá de los premios resulta muy importante que en estos días se hable de estos dos cincuentenarios,

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La firma del Acta de Derechos al Voto y el asesinato de Malcolm X coinciden en el tiempo: 1965, hace ya 50 años. También coinciden en dos de las escenas mejor logradas de la película “Selma”, de Ava DuVernay: las del encuentro de Coretta King (magníficamente interpretada por Carmen Ejogo) con el líder negro que iba a ser asesinado (interpretado con gran dignidad por Nigel Thatch) y su posterior conversación con su esposo, Martin Luther King (que debió haber sido nominado al Óscar), para tratar de acercar si no las posiciones al menos las personalidades de los dos más importantes líderes negros por los derechos civiles.

Ya Denzel Washington había encarnado en la pantalla a “Malcolm X”, en otra poderosa película (de Spike Lee) y había profundizado en la íntima y trágica lucha que lo llevó a romper con Elijah Muhammad (interpretado por Al Freeman), líder de la Nación del Islam que lo decepcionara hasta el rompimiento con su organización, lo cual, al parecer, le costó la vida. Digo al parecer porque aún no sabemos cuánta participación tuvo en su muerte el FBI de Edgar Hoover (extraordinariamente interpretado en “Selma” por Dylan Baker), pero la propia hija de Malcolm X sigue sospechando, 50 años después, que fue definitiva.

“Selma” sólo obtuvo el Óscar para la mejor canción, por “Glory” (interpretada por Common y John Legend), en la reciente entrega de los Premios de la Academia, aunque fue nominada como mejor película. En 1992, “Malcolm X” sólo obtuvo la nominación para Denzel Washington como mejor actor. La manera de medir la calidad y validez que tiene Hollywood casi nunca coincide con la mía, lo cual me alegra profundamente.

Pero más allá de los premios resulta muy importante que en estos días se hable de estos dos cincuentenarios, porque la marcha de Selma a Montgomery fue la que obligó a Lyndon Johnson (espléndido Tom Dickinson en “Selma”) a firmar el Acta y la que venció definitivamente al suprematismo blanco que encabezaba George Wallace (igualmente espléndido Tim Roth en “Selma”). 

Que la posibilidad de encuentro ahí y entonces entre Malcolm X y Martin Luther King precipitó el asesinato del primero para mí queda fuera de duda. Así como la importancia de recuperar esa historia en estos días, cuando idéntico suprematismo policial y judicial victima a jóvenes negros y a jóvenes hispanos.

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