Mañas del PRD

Compañeros de partido cacharon a la diputada federal Teresita Borges Pasos con las 'despensas en la mano' y le 'arruinaron' una carrera política discreta y, supuestamente, efectiva.

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Mientras el presidente Enrique Peña Nieto presentaba su segundo informe de Gobierno, en donde presumió logros y anunció el cambio del nombre de Oportunidades a Prospera y la construcción de un nuevo aeropuerto en la “capirucha”, con capacidad para mover 120 millones de pasajeros al año, entre los puntos torales de su rollo, la llamada izquierda mexicana, representada por el inestable PRD, se movía entre el aplauso y las mañas.

Peña Nieto saludó y festejó que las mesas directivas del Congreso de la Unión, o sea, la Cámara de Diputados federal y la Cámara de Senadores sean presididas por los perredistas Silvano Aureoles y Miguel Barbosa, al mismo tiempo.

Con excepción del “mesías” de Andrés Manuel López Obrador que, por supuesto, fustigó hasta la corbata que portaba el mandatario, el perredismo alabó el gesto de aquél. Es simple tacto político.

Y en ese lapso, entre festejos presidenciales, abrazos, besos, apretones de manos y demás zalamerías que se registraron en Palacio Nacional (el sitio que despreció el ranchero-cocacolero de Vicente Fox Quesada, en los tiempos cuando la Presidencia era dominada por la insaciable glotona de poder, Martita Sahagún), en Mérida, el PRD empezaba a mostrar sus mañas.

A media cuadra de la famosa lonchería “El Fogón”, un camión cargado con cientos de despensas era el objeto de miradas.

La nave estaba estacionada en la acera donde se ubica la casa de enlace de la diputada federal del PRD por Yucatán, Teresita Borges Pasos, y trabajadores se encargaban de transportar la mercancía hacia el interior del predio.

No pasó mucho tiempo cuando llegaron otros militantes del PRD, encabezados por Eduardo Sobrino Sierra y David Barrera Zavala, expresidentes del Sol Azteca en la entidad, para realizar una especie de “miniprotesta” a las puertas de la casa de enlace de la legisladora Tere Borges.

Allí, con un lenguaje casi paternalista que mueve a risa, sobre todo entre las tribus perredistas, le pidieron a la diputada que abandonara esas prácticas estilo priista, panista y todo lo que termine en “ista”.

Supuestamente, Tere pretendía comprar y coaccionar el voto de las elecciones internas a celebrarse este fin de semana, donde se elegirán consejeros del partido que, a su vez, votarán el mes próximo para definir el nuevo dirigente nacional del Sol Azteca.

PRIMERA CAIDA.- Por supuesto, la diputada perredista envió un comunicado horas después de lo sucedido en donde aclara que esas despensas son las que ella reparte, desde hace tiempo, a personas con estatus de vulnerable, dadas en la torre, y que los perredistas que la acusan sólo pretenden desestabilizar los comicios.

SEGUNDA CAIDA.- Será el sereno, pero prácticamente cacharon a la diputada federal con las “despensas en la mano” y darle al traste a una carrera política sumamente discreta y, supuestamente, efectiva. En sus dos años como diputada federal, poco se ha sabido qué ha hecho Teresita por el bienestar del pueblo.

TERCERA CAIDA.- ¡Ah, qué Tere! Salió bien mañosa. Lástima por ella.

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