¡Marginales, pepenadores, malditos lisiados!

El espectáculo de los profesores fue inversamente proporcional a la histeria desatada entre sus críticos.

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Cuando se supo que en San Lázaro se desataba la bonita zacapela, no había claridad de que se trataba del debate anual de maestros de la CNTE contra diputeibols, por lo que se creyó que se trataba de un contingente de hooligans polacos que venían a acabar lo que habían empezado en el Báltico. Y a juzgar por el frenesí con el que los maeses se manifestaron, cualquiera dirían que, en efecto, se trataba de unos nietos de Lech Walesa, prófugos del sindicato Solidaridaridad con ansias magisteriales, vengándose de que su gran goleador, Grzegorz Lato, terminara jugando en el glorioso Atlante-IMSS.

Digo, el espectáculo de los profesores fue inversamente proporcional a la histeria desatada entre sus críticos, mismos que se pusieron peor que los aficionados del Pachuca y del Santos cuando querían linchar a El Piojo Herrera (hoy convertido en el águila que se posa en el nopal del peñista) y el Tuca Ferreti respectivamente.

Digo, las exigencias de los maestros son más o menos las mismas desde tiempos inmemoriales (igual que las negativas para la negociación por parte de los gobiernos en turno), aunque ahora incluyan el tema de la reforma educativa, que parece guión de Chespirito, sus métodos de lucha comienzan a ser casi tan predecibles como las quejumbres de quienes los señalan con índice de fuego.

La clase de gente que en sus encendidas diatribas contra los luchadores sociales —ya se sabe, está en boga afirmar que es muy de macuarros andar de disidentes— casi, casi gritan a marchistas como Itatí Cantoral en su clásico personaje de María la del Barrio: ¡Marginales, pepenadores, malditos lisiados!

Y es que como ya vieron que la autoridad, ni la panista ni la priista, nunca los pela, y ni los ven ni lo oyen a pesar de los desmadres que organizan, los maestros han decidido matar a su enemigos de clase (los que no creen que la educación primero sea para el hijo de obrero, y después para el hijo del burgués) de un pinchi coraje.

Lo bueno que con la llegada de La Reina del Pacífico y el dato de que la PGR le fincará a Granier otras responsabilidades por 700 mil pesos estos hombres necios que se culpan a entre ellos sin razón, siendo que son la ocasión de lo mismo que culpáis, ya tendrán su cortina de humo, que será tan densa como la intención tricolor de convertir al IFAI en un after.

www.twitter.com/jairocalixto

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