Más “madames”

En términos populares, se trata de la sentencia de 9 años y 11 meses a una “madrota”, la condena fue menor por supuestos atenuantes.

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Apenas el martes, la autoridad judicial dictó sentencia a la famosa y polémica “Madame” costarricense Keysi González Corrales, acompañada de su pareja sentimental, Eduardo Aguilar López, y de la yuca Rosa María Casanova May; todos ellos acusados, finalmente, de lenocinio, trata de personas y privación ilegal de la libertad en perjuicio de varias chicas extranjeras que laboraron en bares y centros nocturnos.

En términos populares, se trata de la sentencia de 9 años y 11 meses a una “madrota”, aunque para el “padrote” y a la achichincle de ambos, la “madrotita”, la condena fue menor por supuestos atenuantes. El asunto se fincó en la chamba que ejecutaba –y chance sigue haciendo desde tras las rejas- Keysi González.

Sin embargo, llama la atención que desde hace días, con la ventilación del expediente y una sentencia inminente, los acusados, sobre todo la nativa de Costa Rica y su “kech”, acudían a la rejilla ministerial esbozando, ambos, cínicas sonrisas y caras hasta de despreocupación. Será el sereno, pero algo  tramaban.

Y no es difícil de adivinar, ya que, aunque la “Madame” esté tras las rejas, el lenocinio se mantiene más que vivo en Yucatán como un próspero negocio que involucra a muchas partes, toda una mafia, y sobre todo a la parte oficial: el Instituto Nacional de Migración (INM).

Basta con acordarse cómo se conoció la madeja del asunto de Keysi, con  base en  la denuncia de dos modelitos de Costa Rica que entraron a México, vía Yucatán, por la vía ilegal, cobijadas por el entonces delegado del INM, Hernán Vega Burgos, que presuntamente recibía una buena lana por cada chica foránea que pisara la “ex tierra del faisán y del venado”. Por supuesto, y aunque indirectamente, el contubernio volvía “padrotito” al entonces funcionario, amadrinado por la “Madame” que le llenaba la cartera y hasta le proporcionaba “Master-Carne” en sus momentos más fogosos.

De Hernán Vega no se supo nada más, prácticamente desapareció del mapa una vez que renunció a Migración; si acaso enfrentó un amago de proceso judicial. Pero hasta allí.

PRIMERA CAÍDA.- Basta con darse una vuelta por determinados bares del norte de la ciudad para constatar que hay chicas o “modelos” de Costa Rica, Cuba, Brasil, Honduras, El Salvador. Si alguien les pregunta, en corto, le dirán, si es que hay tragos de por medio y una boca muy floja, que están ilegales y que siempre hay un lenón y/o lenona detrás de ellas. O sea, una especie de “Madame” intocable.

SEGUNDA CAÍDA.- La salida de Vega Burgos del INM, un simple peón del entramado mafioso, no calmó el tráfico de modelitos; al contrario, se volvió una costumbre. Bastaba con que llegara el “padrote” a la delegación, acompañado de la damita en cuestión, unos cuantos papeles y buen portafolio de plata, y en minutos la mujer ya tenía hasta permiso de trabajo.

TERCERA CAÍDA.- ¿Verdad que hay motivos para que Keysi y cómplices sigan sonriendo?

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