Más que un grano
Rolando Zapata Bello se declaró “respetuoso de los sistemas de cultivo tradicionales”, pero también exhortó a respetar el calendario de quemas.
Hace unas semanas, en el programa “El columnista radio”, el Ing. Juan Vázquez Montalvo, encargado del Centro Meteorológico de la Uady, advertía que, si no llovía en estos días, Yucatán estaría expuesto a incendios forestales a causa de la yerba seca en el monte. No llovió hasta ahora y las temperaturas han llegado hasta 38.5 grados, lo cual hace a este invierno atípico y peligroso.
La semana pasada (Milenio Novedades, 21-02-2013), en la instalación del Comité de Prevención y Combate de Incendios Temporada 2013 y el anuncio del calendario de quemas, que termina el 31 de mayo, el gobernador, Rolando Zapata Bello, se declaró “respetuoso de los sistemas de cultivo tradicionales (milpa)”, pero también exhortó a respetar el calendario de quemas.
Y, desde luego, le asiste toda la razón al mandatario: ya no está la situación como para descuidar el respeto a las normas que rigen la actividad, pero la milpa para el campesino maya es de vital importancia y hoy día cada vez es más difícil prever el comportamiento del clima por el daño que hemos causado al medio ambiente.
A veces, al campesino le come la angustia de ver que pasan los días y las semanas y no se autoriza la quema del monte donde hará su milpa porque para él el maíz, el frijol y el chile que cosecha son más que productos, tienen un componente cultural y religioso. Se trata, en el caso del maíz, de lo que él llama santo ixiim que le sirve para que coma su familia, pero también para sus ceremonias.
A veces se olvida que la milpa es más que sólo un sistema productivo, y se dictaminan plazos a rajatabla, sin tomar en cuenta la sabiduría del maya. Deberían saber que en torno a la milpa hay toda una cultura mágico-religiosa que no se debe soslayar. Y que el santo ixiim permite al campesino asegurar el sustento familiar. Por eso es que se angustia cuando no hay y da gracias cuando Chaac riega su milpa y le concede cosecharlo en abundancia.