Así se percibe  el aniquilamiento de los que ahora se sabe que fueron casi cien detenidos por policías. Estaban escandalizando y atropellando  a la ciudadanía. Entraron al quite y trataron de  darles un escarmiento a todos los demás que se unieran o protestaran. Fueron ametrallados a manos del Cuic.

La solución les pareció de lo más simple: matarlos y quemarlos para hacer más difícil su investigación. Qué tan sucias tienen las manos de sangre estos policías que en menos de que se lo escribo los mataron y enterraron en un lugar alejado.

Cierto, Guerrero es un  estado fallido, donde el principal puerto de atractivos turísticos, Acapulco, está casi muerto. Se balean de acera a acera, asaltan policías y seudo policías, edificios  y hoteles se  saquean, asesinan sin que nadie  haga nada, las autoridades  no existen o se esconden  porque están coludidas y sólo reciben órdenes de la casa del gobernador.

Este clima de inseguridad no beneficia a nadie, ni a las mafias del crimen organizado; esto es más bien la acción de un irresponsable que ha metido en gran problema al gobierno de Peña Nieto. Acapulco era hasta hace unos años sinónimo de trabajo y diversión. 

Acapulco contaba con vuelos  cada hora desde el DF, hoy apenas tres vuelos de alimentadoras llegan y trasladan a poquísimos viajeros. Acapulco, un hermoso puerto del Pacífico mexicano  gobernado por  esquizofrénico perredista, Ángel Aguirre,  que ya está pensando en renunciar y abandonar el Estado. Afirma el gobernador: ni soy asesino ni soy malo, así me exhibe el gobierno.

Ayer, la nueva directiva del PRD sesionó en Iguala. La gendarmería tomó el control de la seguridad junto con el Ejército y les quitó las armas a los policías. Lo cierto es que Guerrero en un lugar peligroso para vivir, difícil para trabajar e imposible de gobernar; tendrá que ser mano muy dura la que se aplique.

Y aquí va a arder Troya, cuando tengan que eliminar del juego al antiguo gobernador priista, hoy perredista,  y empiecen a   tumbar a sus  alfiles perredistas.

El gobierno se está preparando para que el PRI gane sin dudas las próximas elecciones, estuvo muy bien actuado  el asunto de los estudiantes del IPN, amenazaron con otro dos de octubre, el gobierno utilizó sus recursos y estrategias para mostrarse negociador, el secretario de Gobernación se despojó de su traje y se mezcló con la masa estudiantil, después ofreció que en tres días estaría  de regreso, y le cumplió a los estudiantes todas sus peticiones.

Pero en la jugada magistral el PRI ganó 25,000 o más adeptos  que le quitó al PRD.  Ojo: el funcionario más desgastado políticamente mientras dure la investigación es el secretario de Gobernación.