Meditaciones de Cuaresma

En esta Cuaresma ¿Estás buscando a Dios? ¿Vas a colaborar en crucificarlo? ¿O quieres evitarlo y quitarlo de tu vida?.

|
Compartir noticia en twitter
Compartir noticia en facebook
Compartir noticia por whatsapp
Compartir noticia por Telegram
Compartir noticia en twitter
Compartir noticia en facebook
Compartir noticia por whatsapp
Compartir noticia por Telegram

En esta Cuaresma ¿Estás buscando a Dios? ¿Vas a colaborar en crucificarlo? ¿Estás en espera de que Él nazca en tu corazón? ¿O quieres evitarlo y quitarlo de tu vida? Son preguntas para hacer un autoanálisis de cómo estás viviendo tu Cuaresma.

Deseo compartir estas meditaciones en forma de oración y peticiones de Cuaresma para reflexionarlas y tratar de llenarnos un poco del “sabor de Jesús”.

“Creo en ti, Señor, pero ayúdame a creer con firmeza. Espero en ti, pero ayúdame a esperar sin desconfianza; te amo señor, pero ayúdame a demostrarte que te quiero. Estoy arrepentido, pero ayúdame a no volver a ofenderte. Te adoro señor, porque eres mi creador y te anhelo porque eres mi fin. Te alabo porque no te cansas de hacerme el bien y me refugio en ti, porque eres mi protector”.

“Que tu sabiduría, Señor, me dirija y tu justicia me equilibre. Que tu misericordia me consuele y tu poder me defienda. Te ofrezco, Señor, mis pensamientos, ayúdame a pensar en ti. Te ofrezco mis palabras, ayúdame a hablar de ti. Te ofrezco mis obras, ayúdame a cumplir tu voluntad. Te ofrezco mis penas, ayúdame a sufrir por ti”.

“Todo aquello que quieres tú, Señor, lo quiero yo, precisamente porque lo quieres tú, como tú lo quieras y durante todo el tiempo que lo quieras. Te pido, Señor, que ilumines mi entendimiento, que fortalezcas mi voluntad, que purifiques mi corazón, y santifiques mi espíritu”.

“Ayúdame, Señor, a superar con austeridad el placer, con generosidad la avaricia, con amabilidad la ira, con fervor la tristeza. Que sepa yo, Señor, tener prudencia al aconsejar, valor en los peligros, paciencia en las dificultades, y sencillez en los éxitos. Concédeme, Señor, atención al orar, sobriedad al comer, responsabilidad en el trabajo y firmeza en mis propósitos".

“Señor recibe mi miedo y transfórmalo en confianza. Mi sufrimiento en crecimiento.
Mi silencio en adoración. Mi crisis en madurez. Recibe señor mis lágrimas y transfórmalas en plegarias, Mi ira en intimidad. Mi desánimo en fe. Mi soledad en contemplación”.

Y por último padre, te pido con toda humildad que me enseñes a  comprender la pequeñez de lo terreno, la grandeza de lo divino, la brevedad de esta vida y la eternidad de la futura.

Lo más leído

skeleton





skeleton