El presidente Peña instruyó la remoción del procurador de la defensa del consumidor. Es un precedente para quienes trabajan en el gobierno federal y quienes predican afinidad partidaria o política con el Presidente. Antes, la medida ejemplar se dio con la profesora Gordillo. El único compromiso del Presidente es con la investidura que ostenta; no hay amigos ni enemigos; el Presidente requiere de colaboradores consecuentes con su mandato y de construir una relación de confianza y reciprocidad con las principales fuerzas políticas.

Vicente Fox y Felipe Calderón fueron rehenes de sus compromisos y fijaciones políticas. Aquél con los personalísimos, éste con su equipo cercano y con quienes estimó cruciales para ganar la Presidencia, como la profesora Gordillo.

Un incidente que involucró a la hija del procurador Humberto Benítez y una monumental torpeza de sus colaboradores abrió un frente que volvió inevitable la separación del cargo. La remoción no es un juicio sobre la capacidad o lealtad del funcionario, simplemente el tema se tornó en un elevado costo para el gobierno; el mal control de daños del funcionario hizo insostenible su situación.

El mensaje presidencial es inequívoco: se debe cambiar el código de desempeño de los altos servidores públicos. No es cuestión de presión por la oposición, la que tampoco puede presumir imparcialidad cuando es gobierno, sino hacer del Pacto por México un momento fundacional para una mejor política y gobierno. La reunión del consejo rector del Pacto con los gobernadores de las entidades con elecciones este año será ocasión para que todos suscriban el compromiso por la imparcialidad y el respeto riguroso con la ley.

Los duros en la oposición quieren reventar el Pacto, particularmente el calderonismo agrupado en el Senado. Los duros del PRI también andan en lo suyo, su propósito es la ruptura para así dar rienda al instinto que llevaría al calculado pleito desde el poder. El gobierno y la oposición han llegado a un acuerdo inédito y con un enorme potencial no solo para las reformas, sino para cambiar la política. La remoción del procurador Benítez es un mensaje imposible de ignorar por los de casa.

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