¿Mensaje de impunidad?

El tiempo transcurre, las obras no se terminan y las multas no se aplican, así resumiría el problema de los trabajos de mejoramiento del Centro Histórico de Mérida.

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El tiempo transcurre, las obras no se terminan y las multas no se aplican, así resumiría el problema de los trabajos de mejoramiento del Centro Histórico de Mérida, donde no hay responsables sancionados pese al número de ciudadanos “caídos”.

Mérida tiene el Centro Histórico más grande del país, de modo que  los trabajos de rescate de su imagen para potencializar el turismo valen la pena; lo que no se vale es que después de todos los contras que se generaron por el cierre de calles para reconstruirlas con concreto estampado, a una semanas de su entrega presentaba y sigue registrando daños.

Ahí están las tapas de los transformadores subterráneos de la CFE “pandeadas” o sumidas; aún no se han retirado los postes, ni se ha realizado la interconexión subterránea, así que la pintura y el rescate de las fachadas se aprecian a medias. Lo que no hay es un escarmiento para quienes no cumplieron.

Por si lo han olvidado, se habla del ejercicio de recursos públicos, de modo que las autoridades son las responsables de exigir la aplicación correcta de los mismos y cuidar el proceso y actuar en consecuencia, a menos, claro, que estén de acuerdo, lo cual sería delicado o al menos dejaría la duda al respecto, después de que no han actuado en consecuencia de un mal trabajo.

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