El reconocimiento al secretario de Seguridad, Luis Saidén Ojeda, no es nuevo; la consolidación de su carrera y los años que lo siguen avalando tienen su porqué y su historia, pero éste no es tema del artículo, sino la seguridad y vialidad del Estado de Yucatán.

Antes que nada, una de las cualidades del comandante Saidén es algo que pocos funcionarios públicos tienen y es la apertura y rapidez con que se le puede contactar, porque tiene todas las respuestas directas, aunque algunas no sean políticamente correctas, pero te vas con la solidez de una realidad positiva y también con los problemas. Tocaré dos temas: seguridad y vialidad.

Seguridad: el comandante atribuye al éxito en los ranking del país a varios factores: las cámaras instaladas en toda la entidad, el equipamiento tanto digital como del policía en la calle, el monitoreo constante en todos los puntos del Estado, el tiempo de respuesta  ágil, pero sobre todo, lo que más le sirve y necesita son las llamadas de la sociedad avisándole que hay movimientos raros en las colonias, gente diferente o violencia familiar. Saidén enfatiza: “Nada de lo que se tiene es más efectivo que los ojos vigilantes de la sociedad”. 

Mérida es segura porque la sociedad está alerta y sabe que cuenta con el apoyo rápido de la policía cuando un fenómeno no cotidiano sucede. Lo que no dice y todos sabemos es que su empuje y experiencia son reconocidos  hasta por los críticos más escépticos. El tema que lamenta y en el que hay que trabajar es el marco legal; es decir, la policía muchas veces captura a ladrones y delincuentes y salen fácilmente. También hay que reconocer que se siguen modificando las leyes para eliminar este error que frustra tanto a la policía como a la sociedad.

Vialidad: es un dolor de cabeza, pero su planeación no depende del comandante; es el Ayuntamiento que otorga permisos a plazas y supermercados que cuando están en lugares como la salida a Progreso o al Periférico, desde mucho antes se sabe que van a estrangular la vialidad; al final se van a construir puentes elevados o edificios de estacionamiento que desde un principio debieron haberse ordenado; su responsabilidad es  tras la construcción. Ese punto hay que estudiar y resolver.

Mérida es segura por la inversión, actitud de apoyo y experiencia de Saidén, pero el ingrediente principal es la sociedad activa y vigilante.