Metáforas para pensar
La vida misma es la más grande generadora de metáforas.
Antonio Skármeta es uno de los escritores chilenos más reeditados y traducidos. Estudió Filosofía y Literatura en las Universidades de Chile y de Columbia. Su novela Ardiente paciencia (1985) es una de sus obras más conocidas; la película en ella basada -El cartero (1994)- obtuvo varias nominaciones al Oscar.
Las editoriales Planeta y Seix Barral publicaron en un mes de mayo argentino del año 2004 un libro titulado Neruda por Skármeta; en él, Antonio nos ofrece una selección personal de la obra poética de su amigo, Pablo Neruda, con la manifiesta intención de rendirle un homenaje en el centenario de su nacimiento.
Skármeta une los lugares en los que Neruda vivió a los amores que sostuvieron sus días; entretejiendo la vida y la obra del poeta a partir de las luces y las sombras que nos son narradas con el afecto del amigo; sin olvidar en este andamiaje literario el recurso de la anécdota y del humor.
La portada del libro nos muestra una fotografía en la que un Skármeta joven sonríe; tras él podemos observar la mirada reflexiva de Juan Rulfo; ambos autores son abrazados por Neruda; a quien Antonio define como “hombre y poeta inagotable”.
En una de las escenas de la película que he mencionado líneas arriba, estando Pablo Neruda a la orilla del mar con su amigo el cartero, éste le dice al poeta que le parece que el mundo entero es la metáfora de otra cosa; y ante esta espontánea revelación poética, Neruda dice que necesita pensar.
Las metáforas son mucho más que figuras literarias de la poesía; la vida misma es la más grande generadora de metáforas. A través de mis breves líneas, te invito a pensar en las metáforas de Neruda, de Rulfo, de Skármeta, del mundo entero, de la vida misma.