Meter las manos al fuego por Mamá Rosa

Que este ejemplar grupo de intelectuales meterían las manos al fuego por Mamá Rosa, supongo que quiere decir que están dispuestos a asumir los costos de esa bonita y altruista labor en el mejor estilo de Gamboa Patrón.

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El problema de los fundamentalismos es que a pesar de que están hechos de certezas y desprovistos de dudas, suelen esconder monstruos, diría Goya. Lo digo por aquellos que de manera aparentemente bien intencionada anuncian, como si fuera el último comercial de productos chatarra en En familia con Chabelo, que meterían las manos al fuego por la matrona de La Gran Familia, la hoy muy célebre Mamá Rosa (las cortinas de humo a la michoacana opacan a las de cualquier Mundial). 

Personajes muy comprometidos que curiosamente me recuerdan mucho a esos otros mexicanos que también metían las manos al fuego por el padrote Maciel y que con tal de defenderlo fueron capaces de enrolarse en una cruzada contra los perros infieles. 

No digo que sea lo mismo, pero como que se quieren parecer. Y es que la inusual feligresía de Mamá Rosa que abarca un amplio y variado espectro de la patria consciente que se une al contingente, busca salvar no solo al objeto de su afecto, sino también su prestigio. Eso sin demostrar demasiada preocupación por los chicos del albergue condenados a la mudanza sin fin, con su tambache de historias de amor-terror, condenados a ser los daños colaterales que no son nada junto a la efigie de la santa.

Como sea, esto, que este ejemplar grupo de intelectuales meterían las manos al fuego por Mamá Rosa, supongo que quiere decir que están dispuestos a asumir los costos de esa bonita y altruista labor en el mejor estilo de Gamboa Patrón. Ya se sabe que el distinguido priista afirmó categórico que Peña y el PRI están dispuestos a asumir los costos de la reforma energética, pues están seguros que ésta será de gran beneficio para el país.

Lástima que luego el propio líder senatorial tricolor le diera al traste a su bonito discurso alegando que nunca nos prometieron que bajarían las gasolinas. O sea, si tanto irigote, tanto drama de Penchyna, no sirven para que cuando acaparen el mercado Chevron, Exxon y Texaco se acaben los gasolinazos, entonces qué chiste.

Digo, si estuvieran de veras tan seguros de las bondades de su proyecto pondrían sus propios bienes en garantía por sí las cosas prometidas salen todas mal, cosa que en México pasa con asombrosa frecuencia. Están como los ecolocos del Verde que son tan fanáticos del fracking que meterían las manos al fuego. Así, en cualquier momento pedirán a Hamás y a los israelíes que manden sus misiles cada vez que se requiera hacer agujeros en busca de gas y petróleo. Chanclas! 

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