Ya sé que es políticamente incorrecto, ahora que la moda es pegarle al presidente, al procurador y a las autoridades “represoras” y  que se declara que está en peligro la estabilidad del país por la inepcia de Peña Nieto, decir que la realidad de México no es como la quieren pintar catastrofistas interesados en que le vaya mal al país, pensando falazmente que así les irá bien a ellos.

Son innegables, sin embargo, algunas metidas de pata de quienes gobiernan. Ofende, por ejemplo, que el secretario Videgaray diga que no es rico cuando, si se puede comprar una mansión de ocho millones de pesos –muy legalmente-, claro que milita en el grupo de los pocos privilegiados de este país. Expresiones como ésa son las que dan pie al linchamiento.

Hay millones de personas en México que se matan igual o más que el ministro del dinero y jamás van a tener siquiera para una vivienda de interés social. 

Por encima de escándalos mediáticos como ése y otros, no se puede, sin embargo, andar pregonando por el mundo que México está en crisis, aunque los violentos quisieran que así fuera para sacar raja. Si de verdad se sienten inmaculados y generosos redentores de los parias, que se sumen a una cruzada ciudadana por el rescate de la verdad en todos los ámbitos y porque quienes manden sean ejemplos de vida al estilo juarista: en la “honrada medianía”. Sería mucho pedir que al estilo de Mujica en Uruguay.