Mi amor cobarde
Por dentro gritaba el amor con el que desnuda me arropaba la curiosidad, mientras el corazón me guiaba. Mis manos me guiaban, la piel me guiaba.
Sus labios siempre fueron la manera más cobarde de amar. Aun así, éramos el amor perfecto, era mi amor perfecto, y ahora ya no me puedo enamorar.
Por dentro gritaba el amor con el que desnuda me arropaba la curiosidad, mientras el corazón me guiaba. Mis manos me guiaban, la piel me guiaba. Y no conseguía habitar nada más.
Todo era un mapa sobre él en la oscuridad, donde creía conocerle mejor. Pero sus manos siempre fueron la manera más cobarde de amar. Entonces le di tiempo al tiempo y el beneficio de la duda al amor, sólo para verme partir y regresar al mismo lugar una vez y quizá un millón más.
Ese instante de felicidad que aún llevo conmigo cuando me río, cuando creo que me vuelvo a enamorar. Ahí está. Apresurando mi paso, anhelando que le anhele, extrañando que le extrañe, recordándome que le recuerde.
Una esclavitud moderna. Como si la historia de O se repitiera. Ahí está y ahí estoy yo, a sabiendas de que su amor es la manera más cobarde de amar. Pero yo… yo simplemente ya no me puedo enamorar.