Mi vida en ámbar
Él, mi vida en ámbar, me roba las noches y las madrugadas, mientras mi vida se queda en su mirada, atrapada entre sueños de alcoba de terciopelo azul.
Me deja a merced del recuerdo y del tiempo, mientras compone canciones que hablan de mí, derritiendo sueños sobre mi cuerpo, atrapándome entre las cuerdas de su voz y del silencio.
Él, mi vida en ámbar, me roba las noches y las madrugadas, mientras mi vida se queda en su mirada, atrapada entre sueños de alcoba de terciopelo azul, bajo un dosel carmesí.
Entre la impertinencia y el deseo, el más puro deseo sentido.
Él, mi vida en ámbar, mira el sol desaparecer sobre mi piel, brillando por última vez a través de gotitas de mar que se deslizan sobre mis hombros como tristes olas espalda abajo, hasta desaparecer entre besos derretidos frente al atardecer, el mismo que nos deja atrapados, sin poder permanecer de pie, el mismo que nos deja mirándonos a los ojos, viendo el sol caer, robándonos de poco en poco, hasta el amanecer.
Él, mi vida en ámbar.