No voy a juzgar los méritos artísticos de doña Tina Tuyub, la propuesta recipiendaria de la medalla Héctor Herrera “Cholo” destinada a honrar a lo mejor del teatro regional yucateco.

Yo no la conozco lo suficiente y no sé si se tomó en cuenta como determinante su cohabitación con el gran actor que da nombre a la presea, pero lo que sí sé es que, aun cuando los tuviera, otro de los candidatos al galardón que otorga el Ayuntamiento de Mérida, don Mario Herrera Flores, Mario III, tiene más que cualquiera de los hoy vigentes artistas pertenecientes a esa categoría bautizada como teatro regional.

Los integrantes del jurado que designó a la señora Tuyub como recipiendaria en este año me parece que no valoraron suficientemente bien las candidaturas ni se dieron el tiempo de analizar cuanto han hecho quienes fueron postulados porque, si así hubiera sido, hoy estaríamos celebrando la justa designación del señor Herrera Flores, quien es, aparte un magnífico actor de larga y dedicada carrera, heredero directo, no la que debió ser morganática (los méritos no se heredan), de la dinastía que creó ese género teatral tan nuestro y tan querido.

No pretendo decir que la designada no lo merezca, nada más que en mi opinión lo merece más don Mario.
Aún queda una oportunidad de desfacer el entuerto, puesto que el fallo debe ser ratificado por el Cabildo en pleno. ¿Lo hará?