Aunque su resultado será guardado como secreto de Estado, ojalá que quien madrugó en la contratación de reciente encuesta electoral para la alcaldía de Mérida realmente haga caso a lo que dictó la sociedad y establezca sus estrategias con base en lo que está demandando, y romper con ello la cadena de ofrecer en campaña empatía con la gente pero darle la espalda cuando se llega al poder.

Ningún partido político reconoció la paternidad, pero el secreto a voces dice que de ese entorno salió, a menos de que algún  integrante de la sociedad civil la haya encargado con miras a convertirse en candidato independiente por Mérida.

Si esto fuera así, sería la novedad porque seguramente de ganar llevaría servicios públicos a toda la población sin distingo, no habría baches porque las calles serían de la mejor calidad, desaparecerían la excusas porque los funcionarios tendrían la capacidad para desempeñar el cargo, el manejo de recursos sería transparente en los hechos, la contratación de empresas sería sin favorecer a parientes, mirarían de frente a la sociedad y entonces sí se vería una verdadera diferencia entre una administración municipal y otra.

Si hubiera un alcalde independiente, podríamos pensar  que sí caminaría la calle 67 de la 54 hasta El Fogón en el centro para desaparecer el cochinero en el que se encuentra. Si hubiera un alcalde independiente ordenaría a la Policía Municipal una estrategia vial para eliminar el estrangulamiento  de las calles como a diario sucede en la 65, y pondría a trabajar a decenas de policías que en antimotín sardina sólo se marean con sus rondines por el primer cuadro de la ciudad.

Analistas e investigadores en materia política han dicho que si un funcionario o legislador encargó la encuesta cuando todavía faltan 20 meses para la elección no sólo para la alcaldía sino para las diputaciones locales y federales que también estarán en juego, estaría incurriendo en falta de respeto a la sociedad.

Lo más indicado es que los que están entusiasmados por un cargo público en 2015 se pongan a trabajar en la responsabilidad pública que hoy tienen, pero parece que es lo más difícil. Seguramente si la sociedad ve resultados sabrá reconocerlo con o sin partidos políticos.