Morena no necesita enemigos
Morena se ha convertido en su peor enemigo en Quintana Roo..
Morena se ha convertido en su peor enemigo en Quintana Roo, saboteando su crecimiento político y sus posibilidades electorales inmediatas por pleitos canibalísticos entre sus militantes destacados que se despedazan por el poder.
Desde su nacimiento en la entidad, el partido lopezobradorista que se autodefine como “la esperanza de México” ha protagonizado un sinnúmero de encontronazos y divisiones provocados por la falta de liderazgo real; cada morenista tiene su propia agenda y no han logrado generar los acuerdos necesarios para mantener la unidad.
Esta situación se recrudeció durante el pasado proceso electoral cuando el amo y señor del partido, Andrés Manuel López Obrador, impuso como candidato al gobierno del estado al ex priista José Luis Pech Várguez, a quien después entregó la dirigencia estatal del partido.
Esto causó enorme disgusto entre una parte de la militancia, al considerar que el ex Rector de la Universidad de Quintana Roo seguía sirviendo a los intereses del Tricolor.
Pero los golpes bajos en Morena se recrudecieron la semana pasada, cuando Pech Várguez hizo pública una lista negra de 16 militantes “traidores” a los ideales del partido y que son candidatos a la expulsión, entre ellos sus dos diputados locales, Juan Ortiz Vallejo y Silvia Vázquez Pech.
Para rematar, el fin de semana se filtró el audio de una supuesta conversación telefónica entre Omar Sánchez Cutis, miembro de la directiva del partido, y el diputado Juan Ortiz Vallejo, en el que se entiende que el legislador negoció algunos millones de pesos y comisiones para votar a favor de las propuestas de la alianza UNE en el Congreso local, en sentido contrario a la instrucción que dio Pech Várguez de no apoyar ni al PAN ni al PRI.
El audio filtrado con muy mala fe dejó mal parados al par de legisladores en vías de expulsión, pero el daño mayor es para el propio partido que podría perder las dos posiciones políticas de mayor importancia ganadas en las pasadas elecciones.
Como dirigente estatal, Pech Várguez tiene que ser más astuto para recuperar el control político del partido sin causar nuevas fracturas, porque el 2018 ya se visualiza en el horizonte, año en el que un López Obrador como candidato presidencial puede dar un gran impulso a los candidatos en la contienda por las presidencias municipales, diputaciones federales y senadurías.
Y los morenos no se pueden dar el lujo de llegar resquebrajados y sin fuerza a una cita de tal importancia.