Mucho peso sobre la Filey
Mi preocupación es que se aleje al gran público de la muestra en aras de regodearse los 'intelectuales' en razonamientos que a nada conducen.
La salida de la AC Leer por placer como organizadora de la Feria Internacional de la Lectura (Filey) merece más atención que la que se le ha dado.
Hasta hace cinco años, Yucatán no figuraba en los medios editoriales como un mercado para los libros (de hecho, en Mérida hay a lo mucho cinco librerías dignas de ese de nombre) y nunca se había visto una presencia multitudinaria en las muestras (me resisto a llamarles ferias) que, con mucho esfuerzo y mayor mérito, se celebran en los bajos del Palacio Municipal. La lectura –sustento de cultura- no solía reunir multitudes en el Estado.
Haber posicionado a la Filey entre las tres o cuatro ferias del libro más importantes de México es logro, sin duda, de quienes la iniciaron y la siguieron con el apoyo de la rectoría de la Universidad Autónoma de Yucatán. Las cinco ediciones hasta hoy celebradas son muestra fehaciente de ello. Sólo alguien cegado por intereses mezquinos no se da cuenta.
El líder de ese esfuerzo, Rafael Morcillo, no es mi amigo (tampoco mi enemigo), pero como periodista no puedo soslayar sus logros ni restarle méritos. Lo que se pueda especular sobre su labor ya es cosa de otros que quieren ver en todos lados moros con tranchete. Yo opino de lo que me consta.
No puedo, sin embargo, dejar de lado una preocupación. Circula el rumor –y así lo tomo, ojalá sea sólo eso-, de que quien se hará cargo de la Filey es un “intelectual” de mucho peso (corporal) que ha planteado que la Feria se “comercializó” (como si esto fuera malo) y le daría un vuelco para hacerla más “académica”.
Mi preocupación es que se aleje al gran público de la muestra en aras de regodearse los “intelectuales” en disquisiciones que a nada conducen, como no sea a inflar egos ya pasados de peso.
La Uady se debe al pueblo no a reducidos gremios. Ojalá se piense bien en manos de qué persona se va a poner esta celebración masiva del intelecto. Demasiado colesterol daña el cerebro. El rector, como veterinario, debe saber que las vacas, inclusive las sagradas, no son saludables si tienen mucho sebo.