Mujeres literarias
Algunos de sus libros llevan ya muchos años de ser considerados clásicos dentro de la literatura juvenil.
Louisa May Alcott nació en los Estados Unidos en el año 1832; vivió rodeada de un ambiente centrado en la educación, la filosofía y la literatura. Durante la Guerra Civil de su país sirvió como enfermera. Comenzó a escribir y publicar obras literarias -novelas, cuentos y poemas-, alrededor de los veinte años, y continuó haciéndolo hasta 1888, año de su fallecimiento.
Algunos de sus libros llevan ya muchos años de ser considerados clásicos dentro de la literatura juvenil; e incluso han pasado al discurso cinematográfico. Hoy hablaremos de dos de ellos, editados de forma secuencial: Mujercitas (1868) y Aquellas mujercitas (1869).
La vida de la autora, de su familia y amigos, al igual que las circunstancias que les rodearon, colorean a los personajes y a las escenas de ambas novelas. A través de sus páginas descubrimos la mirada atenta de la escritora, aguda observadora del entorno, tanto natural como humano.
Conocemos las fiestas y las tradiciones, la rutina doméstica y las vacaciones campestres, las alegrías y las penas, los viajes y las sorpresas, la enfermedad y la muerte, las ilusiones y las frustraciones, los éxitos y los fracasos; conocemos al fin de cuentas los matices de las vidas humanas.
Aunque no puede negarse que el elemento femenino da continuidad a las dos novelas -incluso desde los propios títulos-, la imagen de la familia es, a mi parecer, el hilo conductor de ambas novelas, pues la infancia de cuatro hermanas y su madre dará lugar a la primera obra literaria, y las vidas de las cuatro hermanas, ya convertidas en esposas y madres, configurará el segundo libro.
Ambas novelas constituyeron auténticos éxitos de librería desde su primera publicación, proceso en el que los editores de la época tuvieron un papel de gran influencia. Editores que han optado por continuar publicando las dos novelas, más de cien años después…