Le cuento que en esta semana me llegó un boletín de prensa en el que se mencionaba que las legisladoras panistas han propuesto que haya un 50-50 de hombres y mujeres para las candidaturas. Esto reabre el debate que se ha tenido desde hace varios años para darle más espacios para la mujer.

Pero ¿sabe cuál es el problema? Que lo que necesitamos son personas capacitadas. Me da un gusto enorme que los partidos estén abiertos a darle las mismas oportunidades a las personas, independientemente de su género, pero la cosa es que al momento de dar esos espacios se hace solo por cumplir y no porque haya una verdadera capacidad.

Tomemos el ejemplo de los jóvenes. Ivonne Ortega era la defensora de los jóvenes, se convirtió en su tema bandera y otorgó una gran cantidad de nombramientos y candidaturas a jovencitos muy guapos y carismáticos pero sin experiencia ni conocimientos. Y tuvimos un surgimiento de funcionarios sabelotodos y que eran tan obstinados que no eran capaces de aprovechar sus puestos y aprender algo. El resultado fue un gobierno con ese sello, mucha imagen pero hueca. 

¿Cuántas senadoras y diputadas hay en el Congreso de la Unión, que llegaron ahí gracias a la cuota de género y no por sus capacidades? En Yucatán tenemos un ejemplo muy claro: María del Carmen Ordaz. La hicieron candidata porque a los candidatos del PRI les faltaban mujeres, así que su esposo cedió su espacio pero no el hueso, como se dice comúnmente. El resultado es una legisladora que cobra muy bien y hace muy poco.  

Hay muchas mujeres inteligentes en los partidos, en todos, el problema es que quizá no tienen un padrino influyente que les consiga el puesto. Me ha tocado platicar con militantes de años, frustrados porque nunca han tenido una oportunidad, cuando hay personas que por el simple hecho de ser cercanas al candidato, aunque no hayan sido militantes, de repente son secretarios o diputados. 

Los espacios para las mujeres no deben ser una cuota, deben ser una conciencia; hacerlo por igualdad y no por concesión. Ya basta de pensar: pobres mujeres, vamos a darles chance. Eso no es igualdad. 

Por otro lado, ¿qué piensa de los manchones de pintura que quedaron en Paseo de Montejo después de la carrera Coloréate 5k? Hay quienes tienen la teoría de que las manchas fueron a propósito, para darle en la torre a la recién remodelada vía. Un partido azul mancha la obra del partido rojo. Yo pienso que semejante teoría es muy complicada para nuestros estrategas políticos y más bien creo que fue un descuido de los organizadores de la carrera, quienes tomaron la idea de la Color Run, que se hace desde hace algunos años en todo el mundo, con fines altruistas y con el total cuidado. Tenemos un ayuntamiento pirata, diría el anuncio.