Música del terror

Los temas musicales de las películas pueden transmitir emociones, sensaciones, estados de ánimo y por supuesto… miedo.

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¿Cuántas veces nos pasa que al salir de ver una película de terror la música nos persigue por largas horas? Y en ocasiones… toda la vida.

Los temas que han acompañado y musicalizado las más memorables obras cinematográficas son un perfecto ejemplo del vehículo tan importante que es la música para transmitir emociones, sensaciones, estados de ánimo y por supuesto… miedo.

Una compleja armonía de instrumentos o sencillas notas, pueden transportar tu mente, a lugares o tus más profundos miedos, creando así, atmósferas que quedan grabadas en cada uno de nosotros de distintas formas, pero siempre con el común denominador… el miedo a lo que se acerca.

Dentro de los soundtracks que más han influenciado nuestra memoria colectiva, podemos encontrar temas orquestales y hasta sencillas canciones de cuna, que al escucharlas logran erizar la piel, por ejemplo, el caso de Mike Oldfiel y el track de su álbum “Tubular Bells”, que fue incluido en una de las películas más aterradoras que el cine ha creado, “El Exorcista”, te reto a que escuches las primeras notas y si eres cinéfilo de corazón, sabes que a tu mente vendrán imágenes principalmente de posesiones diabólicas.

¿Y qué tal con los sonidos chirreantes de violines del mismísimo Bernard Hermann al ver la translucencia de una cortina de baño con la figura de alguien con un cuchillo en la mano de la película “Psicosis”?

En “Pesadilla en la calle del infierno”, una canción de rondas infantiles y que cantan niñitas… se convirtieron en el marco perfecto para anteceder la aparición de la más agonizante pesadilla, y con su inocente rimar, el contexto de los sueños se convierte en un lugar, espacio, tiempo, al que nadie quiere llegar… aun sin ver la película, el escuchar las cadenciosas vocecitas, de inmediato nos da escalofriós (bueno, a mi me da).

John Williams (quien aparece ya varias veces en mis textos) logró uno de los momentos que crean ansiedad desmedida con sólo unas breves notas en baja frecuencia, que por su secuencia, nos llevan de menos a más en la simulación de la aceleración del corazón, anunciando la llegada de la amenaza… “Tiburón”.

Otra canción de cuna es la de “El Bebé de RoseMary”, que canta Mia Farrow, y que es la actriz principal de la película, acompañada por breves acordes de Krzysztof Komeda, nos aclara lo malévolo que puede volcarse lo más inocente. Mismo caso para la película “Poltergeist” con el tema de Carol Ann’s.

“Candyman”, “La profecía”, “Viernes 13”, “Halloween”, “El resplandor”, cuentan también con atmosferas creadas poderosamente en base a su background musical… 

¿Quién dijo miedo? …Groove on!

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