Navega el IMSS en la mediocridad
Nada ha cambiado en el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) desde la llegada del nuevo delegado...
Nada ha cambiado en el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) desde la llegada del nuevo delegado, Flavio Carlos Rosado, quien asumió el cargo a finales del mes de abril sustituyendo a Jorge Río Pérez, relevo que se esperaba fuera benéfico para una institución que por años ha padecido los efectos de malos liderazgos.
Sin embargo Flavio Carlos Rosado resultó ser más de lo mismo, y se ha limitado a replicar las conductas nocivas de su antecesor, Jorge Río Pérez, nefasto personaje que se enriqueció a costa del IMSS y que cómo delegado brilló pero por su ausencia, pues prefería pasear en las cosmopolitas ciudades de Cancún y Mérida en lugar de despachar en sus oficinas de Chetumal, donde está la sede de la delegación.
En 2012 Flavio Carlos fue nombrado subdelegado del IMSS en Cancún, posición que aprovechó para codearse con la alta sociedad de este polo turístico, donde constantemente aparecía en las páginas de sociales.
Sin embargo como funcionario es un completo desconocido que arribó a la titularidad de la delegación del IMSS más por suerte que por méritos, y todo indica que el puesto le ha quedado muy grande, ya que el Seguro Social sigue navegando en la misma mediocridad de siempre.
Para muestra un botón: el hospital del IMSS en la capital, inexplicablemente no cuenta con un área de terapia intensiva, y los enfermos –muchos de ellos casos verdaderamente urgentes- tienen que ser trasladados a Mérida o Cancún. Por supuesto que esto pone en riesgo las vidas, pero parece que al delegado no le importa.
Recientemente el atentado contra el médico cirujano Francisco Javier Serrano evidenció esta grave carencia del IMSS, ya que el galeno pudo ser atendido oportunamente en el hospital del Seguro Social donde también laboraba, pero tuvo que ser trasladado al hospital general lo que agravó su estado.
En todo el estado las quejas de los derechohabientes se cuentan por miles por el deficiente servicio médico que reciben a cambio de las cuotas que pagan, que muchas veces son dinero tirado a la basura pues tienen que acudir a médicos particulares para atenderse ante la ineficiencia del IMSS.
Y por si fuera poco, los trabajadores también se quejan de la enorme carga de trabajo y de que la institución los ahorca, evitando el contrato de nuevo personal para reducir gastos. Por supuesto los más perjudicados, siempre, son los pacientes.
Mientras tanto, el delegado Flavio Carlos Rosado, quien fue nombrado en una reunión a puerta cerrada, a espaldas de los medios de comunicación y la ciudadanía, ha hecho de la opacidad su marca personal, pues nadie sabe realmente como se manejan las cosas dentro del IMSS y él parece estar muy cómodo con las cosas como están.