En el bochornoso y corrosivo actuar del magisterio en rebelión contra la nueva ley federal de educación se han cometido atropellos que pueden constituir delitos del orden común y federal.

Bien lo sabe la dirigencia visible de las facciones que integran la Coordinadora Nacional, algunos de cuyos integrantes intuyen que varias procuradurías estatales (sobre todo la de Guerrero), pero también la General de la República, están integrando averiguaciones previas que, de persistir el virtual sabotaje, pueden conducir a consignaciones, detenciones y procesos judiciales.

Eso explica la petición del secretario de la sección 18 de Michoacán (Juan José Ortega Madrigal), al salir del encuentro de líderes con el subsecretario federal de Gobierno (Segob), de que no se ejecute ninguna orden de aprehensión.

De lo contrario, advirtió, “toda la Coordinadora” irá a un paro indefinido de labores.

Sienten “frío”, suele decirse de quienes ya “oyen pasos en la azotea”.

Elba Esther Gordillo sabe mejor qué tan fría es la cárcel, y sus huestes (casi diez veces más nutridas que las de la Coordinadora) mejor ya ni estornudan.