Ni tres, ni Reyes, ni magos ni...

El Evangelio de Mateo: Llegaron por entonces a Jerusalén unos sabios de Oriente que se dedicaban al estudio de las estrellas.

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Hay una expresión que seguramente a los tizimileños les cae como patada de mula en salva sea la parte: “Los tres Santos Reyes Magos de Tizimín no son tres, no son santos, no son reyes, no son magos, ni son de Tizimín”. Ignoro quién sea su autor, pero le asiste la razón histórica y hasta los Evangelios le apoyan.

Y no se trata de ir contra una arraigada tradición ni de pedir que, como se ha hecho en otros casos, se borre del santoral los nombres de Gaspar, Melchor y Baltasar (de suyo no están en esa lista de VIP celestial), sino, como siempre, desde el origen de las palabras desentrañar un poco la historia para que cuando se diga algo se sepa de qué se habla.

El Evangelio de Mateo (Versión Popular de la Biblia autorizada por Celam el 18 de enero de 1979) dice: “Llegaron por entonces a Jerusalén unos sabios de Oriente que se dedicaban al estudio de las estrellas y preguntaron:

¿Dónde está el rey de los judíos que ha nacido? Pues vimos salir su estrella y hemos venido a adorarlo”. NO habla de reyes, de magos (de los que hacen magia o hechizos) y tampoco dice que sean tres y que se llamen como decimos que se llaman ni que llevaran valiosos presentes. Tampoco figuran en las festividades de la Iglesia, ya que hoy lo que se celebra es la Epifanía (manifestación) de Jesús.

En torno a este breve relato de Mateo se ha tejido una leyenda que tiene mucho de poético y que nos permite hoy partir la rosca, regalar a los niños y, en Tizimín, armar jolgorio, todo lo cual es muy digno y plausible, pero se olvida un aspecto: el ideológico. En la época en que se  escribe el evangelista, cuyo relato va más dirigido a los judíos cristianos asentados en Siria, en esa nación habitaba una gran comunidad hebrea en un entorno social y político ajeno al de su origen.

Tiene una connotación universal, les quiere decir que Jesús no es sólo el Rey de los Judíos, sino el Salvador de la Humanidad.

Otras tradiciones hay muy bellas, tejidas en torno a este pasaje, como la rosca y el regalo de juguetes a los niños. 

Feliz Año Nuevo y que los Reyes le traigan luz a su vida.

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