Ni 'tutas' ni 'tutitas'
A Evelio Mis Tun –lo vislumbro como un “Tuta” del patio- y su hija Natalia Mis Mex –una pequeña “hija de Tuta” que heredó la alcaldía de Tinum de aquél y que piensa devolvérsela para el próximo trienio.
No sé qué piensan los dirigentes panistas –o qué poderosos intereses los mueven- para permitir la permanencia en sus filas y premiar con candidaturas a Evelio Mis Tun –lo vislumbro como un “Tuta” del patio- y su hija Natalia Mis Mex –una pequeña “hija de Tuta” que heredó la alcaldía de Tinum de aquél y que piensa devolvérsela para el próximo trienio y, seguramente, heredarla de nuevo en 2018-, no obstante las actuaciones ilegales de ambos, sancionadas no una sino varias veces por las autoridades judiciales.
El “Tuta” vernáculo, en flagrante violación a la ley al azuzar, desde su cargo de dirigente ejidal, a algunos que, se asegura, nisiquiera son ejidatarios, para bloquear el acceso a Chichén Itzá, y la “Tutita” al desacatar mandamientos de los jueces y no reinstalar a tres regidores que, por sí y ante sí, destituyó su papacito.
Tinum hoy me parece una mala copia de sucesos que ensangrientan otras latitudes de México –donde el reino de verdaderos Tutas e hijos del idem ha violentado el Estado de Derecho y asesinado a miles de personas-. Aparte el enorme daño que causan a la economía y a la imagen de Yucatán en el mundo, nos exhiben –como señalan ya periódicos nacionales (ver Milenio Novedades, 14-marzo-15, Pág. 20)- en proyección nacional e internacional como un pueblo sujeto a caprichos e intereses de una o dos malas copias del “Tuta”.
Creo que nadie se molestaría si las autoridades –que han dado muestras sobradas de paciencia y tolerancia ante esos poch caciques- le ponen por la vía de la legalidad y con firmeza un alto a los pequeños, malos imitadores que han hecho su fortuna al amparo de un partido que alguna vez fue democrático y que hoy cobija a violadores flagrantes de la ley. Ya suficientes explicaciones les dieron y no quieren entender.
Ni “Tutas” ni hijitas de “Tuta” en Yucatán. No lo merecemos.