Nicolás Bravo en camino

Mientras a nivel de distritos locales el sur ha retrocedido –las posiciones han sido adjudicadas a Cancún, atendiendo rígidos criterios emanados a nivel central–, un nuevo parto ocurriría en los límites con Campeche...

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Mientras a nivel de distritos locales el sur ha retrocedido –las posiciones han sido adjudicadas a Cancún, atendiendo rígidos criterios emanados a nivel central–, un nuevo parto ocurriría en los límites con Campeche, entidad que se apoderó de cuatro mil 800 kilómetros cuadrados que pertenecen a Quintana Roo.

Se trata del proyectado municipio con cabecera en Nicolás Bravo, una zona estratégica por ubicarse en las cercanías de la frontera con Campeche y que podría reactivar el conflicto que se encuentra en una fase de letargo, para beneficio de la parte invasora que desde fines de 1996 creó su décimo municipio de Calakmul.

Se da por hecho la creación de este municipio que hasta ahora forma parte de Othón P. Blanco, del que ya emergió el municipio de Bacalar.

El ingrediente principal consiste en los efectos que desatará para atizar el expediente que permanece en el olvido en la capital del país, ya que la Suprema Corte de Justicia de la Nación no ha querido intervenir para decir la última palabra.

Nuestra clase política debe detenerse en este expediente para detectar su enorme importancia, ya que del desenlace de este conflicto depende la integridad de Quintana Roo, aunque para muchos políticos –sobre todo del PAN y PRD – sus prioridades se agoten en Cancún.

Porque ha sido significativa la afectación al sur en cuanto a representación legislativa a nivel local, ya que se han perdido posiciones que en su momento no fueron aprovechadas, pero que tienen su importancia inobjetable.

A todo esto, muy poco se sabe del diputado local priista Juan Manuel Herrera, quien según el mandato de las urnas representa al distrito rural del sur. Desperdiciar tales posiciones es sumamente grave. De hecho, lo único que se sabe del señor diputado fue su gestión para invitar al campeón mundialista brasileño Romario a que jugara una cascarita en Bacalar, pero al final el amazónico fue atrapado por un embotellamiento que impidió su salida de Cancún.

Es habitual que PAN y PRD se acuerden del sur de Quintana Roo cuando a sus figuras las mueve el interés, en este caso por las dirigencias nacionales que están en juego. Pero este interés debe mantenerse y ser flor de un día, como en el caso del PRD.

Porque el partido del sol azteca a nivel de patio ha descuidado, e incluso, discriminado a la zona sur y centro, permitiendo que otros aliados postulen candidatos a diputaciones federales.

De esto deben tomar nota quienes aspiran a dirigir estos partidos, aunque el PRD se lleva las palmas en el abandono de plazas que han sido controladas del todo por el PRI, como quedó demostrado en la pasada elección del siete de julio, de tristes recuerdos para panistas y perredistas.

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